El tiempo se ha cumplido. El reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en el evangelio.
1Sam 1, 1-8; Sal: 115; Mc 1, 14-20.
Jesús predicó el Reino de Dios, y los que quieran ir tras él tendrán que seguir sus pasos. No será una vida fácil, pero será atrayente y transformadora porque, cuando uno se encuentra con Jesús y le conoce de verdad, nada sigue igual. A Jesús en su proyecto del Reino le interesan las personas y por eso, se enfrentó a la “corrupción”, es decir, a los sacerdotes, escribas, fariseos y poderosos de su tiempo. Fue capaz de tocar a un leproso, hablar con la mujer a solas, aceptar a los marginados, prostitutas, publicanos y demás desterrados.
Jesús siempre estuvo del lado de los humildes, cosa que no les gustó a los poderosos. Éste es el camino para aquellos que sienten pasión por seguir a Jesús. El mundo que nos toca vivir necesita gente integra y apasionada por el Reino de Dios; las iglesias están llenas, medio llenas o casi vacías de gente religiosa, que busca aliento para cultivar su espiritualidad. Hoy necesitamos personas que estén entusiasmadas por el Reino de Dios, personas que piensen, sientan, vivan, se entusiasmen, vibren y hasta padezcan por el Reino de Dios, necesitamos que el pueblo de Dios cambie su estilo de vida por el Reino de Dios; que tengan pasión por las Escrituras, por el servicio, por la Iglesia y por seguir a Jesús. Nada ni nadie podrá resistir tal empuje, tal audacia, porque ese pueblo trabajará en la construcción de un mundo mejor mientras espera que el Mesías venga a hacer un mundo nuevo.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Vicente Hernández Nolasco, C.M.
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