Dn 12, 1-3; Sal 15; Hebr 10, 11-14. 18; Mt 13, 24-32.
De día, el dueño sembró la buena semilla. De noche y a escondidas, el enemigo lo imitó sembrando la cizaña. Mientras esto sucedía, los trabajadores del dueño dormían despreocupados. (El dictador de Corea del Norte ejecutó, en mayo pasado, a su ministro de Defensa con un cañón por dormirse en un desfile). Los dormidos servidores sólo se enteraron del engaño cuando ya la cizaña estaba crecida. Y, entonces, les entró la prisa. “¿Quieres que vayamos a arrancarla?”.
La valentía de los delincuentes está hecha del miedo de losque duermen o miran para otro lado. Nos saquearon la casa y lo siguen haciendo. Pero los culpables no fueron solamente los violentos ladrones. El aburrido mundooccidentallohizoprimero. Él ofrece a los jóvenes el sándwich de Hollywood: dinero, sexo, violencia. Hoy los Yihadistas, además de lo anterior, les ofrecen el paraíso. ¿No es su oferta más atractiva?
El dueño de la mies les dice a sus ahora apresurados sirvientes que “no arranquen la cizaña, porque, al hacerlo, sacarían también el trigo…dejen que crezcan juntos hasta la cosecha”. Pues, antes de nada, ¿quién es trigo y quién es cizaña? Sólo hay una manera de detener el desastre: convertirse de verdad en trigo cristiano y ayudar a que otros lo hagan.Y alegrarnos todos de la tierna e ilimitada misericordia de Dios.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Honorio López Alfonso, C.M.
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