Is 53, 10-11; Sal 32; Heb 4,14-16; Mc 10, 35-45.

Domingo Mundial de las Misiones

Nos dice Jesús en este evangelio: “Quien quiera llegar a ser grande, que se haga servidor de los demás”. Y una de las preciosas maneras de servir a los demás es por medio de las Misiones. ¡Cuántas vidas gastadas, día a día, en cuidar enfermos, ayudar a mujeres maltratadas, a niños abandonados, en llevarles la Buena Noticia a todos los que la quieran recibir. Y, con ella, el conocimiento de la propia dignidad y de los propios derechos, el saberse protagonistas, cuando antes vivían abandonados en la discriminación.

El Papa francisco nos dice en su Exhortación Apostólica “La alegría del Evangelio”: “La Palabra de Dios también nos invita a reconocer que somos pueblo: <<Vosotros, que en otro tiempo no erais pueblo, ahora sois pueblo de Dios>> (1 Pe 2,10)… La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo una pasión por su pueblo…Él nos quiere tomar como instrumentos para llegar cada vez más cerca de su pueblo amado. Nos toma de en medio del pueblo y nos envía al pueblo, de tal modo que nuestra identidad no se entiende sin esta pertenencia. (No. 268).

Hoy es día de acción de gracias por nuestra fe, y es día de orar por las Misiones y de ayudar con generosidad a tantas escuelas, clínicas, catequistas y a miles y miles de laicos, religiosas y sacerdotes que gastan su vida por el pueblo y por el evangelio. Es día de revisar cómo vivimos nosotros y cuánto compartimos.

Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autora: María Elena Quiñonez, H.C.