Día de Oración y Ayuno Vicentino
Martes, 30 de junio del año 2015
Año de la Vida Consagrada
Hecho de por Vida – Todos Estamos Llamados – Haciendo lo que Podemos – Somos Familia
Querida Familia Vicentina: Mañana es el Día de Canadá y el 4 de julio es el Día de la Independencia de los Estados Unidos. Celebremos con alegría. Dios viviente, llénanos de gratitud por el don de la vida misma. Ayúdanos a evitar el aferrarnos a los regalos que tan libremente nos das. Haznos generosos, de modo que la forma en que vivamos ofrecerá más vida a los demás. Ayúdanos a desear los dones de la vida eterna aquí y ahora, al igual que en el mundo futuro. Amén.
Hechos de Por Vida – Fuimos hechos para la vida, para compartir la vida y para la vida eterna. Es un consuelo leer en las Escrituras que no fuimos hechos para la muerte, pues Dios se aflige en lugar de deleitarse, en la muerte de su creación. Estamos hechos para vivir, para existir, para el crecimiento aquí y en la eternidad. La vida no es sólo para nuestro propio bien, como Pablo se los recuerda a los corintios, sino para compartirla con toda la creación de Dios. Estamos hechos para la vida, y nuestra vida es más profunda y más rica cuando ninguno es privado del vivir. (De hecho, perdemos nuestras propias vidas cuando nos privamos de la vida a los demás.) Como Vicentinos tratamos de mejorar la vida de los demás. Vemos a Cristo y lo seguimos en nuestro servicio para ayudar a levantar a otros de la pobreza. Jesús siempre nos ofrece un camino a través de las cosas para transformar nuestra muerte en vida. Abrace su dolor o su sufrimiento y ofrézcaselo a Jesús como un sacrificio. Él quiere sanarnos. En el Evangelio de Marcos del domingo pasado Jesús dijo: “¡Niña, levántate!” Y la niña se levantó y comenzó a caminar. (Mk.4: 41-42) No debemos de tener miedo, nunca estamos solos. Fuimos hechos para la vida, para compartir la vida y para la vida eterna. Estamos hechos para vivir, para existir, para el crecimiento aquí y en la eternidad. Y que la vida no es sólo por nuestro propio bien, como Pablo les recuerda a los corintios, sino para compartirla con toda la creación de Dios. Estamos hechos para la vida, y nuestra vida es más profunda y más rica cuando ninguno se ve privado de nuestra vida. (De hecho, perdemos nuestras propias vidas cuando privamos de la vida a los demás.) ¿Dónde estamos aferrados a la muerte? Reflexione sobre esto y pida a Nuestro Señor que le dé ayuda.
Todos Estamos Llamados – Llamando a todos los Vicentinos, jóvenes y viejos para dar testimonio de la paz, la vida y la abundante misericordia en lugar del odio y la ira. Al recibir el Cuerpo y la Sangre Preciosa de Cristo, pidámosle que nos nutra, por su vida y por su muerte. Ojalá y que podamos vivir como Su Cuerpo aquí en la Tierra cuando servimos a todos los necesitados, sin juicio y participamos en la alimentación de los hambrientos de nuestro mundo terrenal. Al hacer esto, damos testimonio de Cristo y damos esperanza a todas las personas. Nos convertimos en un gran ejemplo para los demás, especialmente para los jóvenes y compartimos la sanación en presencia de los demás y proporcionamos compañía espiritual a alguien que lo necesite. La sonrisa es la primera señal y una pequeña oración, y el avanzar y tocar suavemente es dar esperanza -no la falsa esperanza de una recuperación que no puede ser posible, sino la esperanza de una presencia tangible de Dios en nuestras vidas. Bienaventurados los Vicentinos, que son creativos y apasionados, descubrirán nuevas formas de evangelizar a los jóvenes de hoy. Recuerde que ellos son nuestro futuro.
Haciendo lo que podemos – Concéntrese en lo que puede hacer. Que sea lo mejor. El descubrimiento de uno mismo es de suma importancia para el servicio a los demás. Comparta sus dones de gratis y alabe a ios. A medida que avanzamos, debemos centrarnos en la rosca, no el agujero. Concéntrese en lo que puede hacer y hágalo bien. No pierda tiempo preocupándose por lo que no puede hacer. Alguien más puede hacerlo. Cada uno de nosotros recibe dones; céntrense en lo que son sus dones. Usted nunca tendrá éxito si ignora sus dones o tratando de trabajar con los dones de los demás. Sus dones y talentos son de Dios – hecho ya a la medida suya. Vienen con la bendición y el apoyo de Dios. Cuando se habla de ello con el Señor no hay nada que no se pueda hacer. Comparta esos dones para el bien común. Como Vicentinos, esto es lo que estamos llamados a ser: generosos con lo que tenemos, sirviendo en paz, amor y alegría. Al compartir esto con los necesitados, recibirá más para la próxima vez. Dios es bondadoso y Él trabaja con nosotros y a través de nosotros.
Somos Familia – Cuando usted tiene una familia, usted es responsables por ella. Tenemos que orar por nuestros hermanos y hermanas en todo el mundo. Sea un dador dadivoso y el mejor regalo que recibirá por supuesto, será el amor, la afirmación, la comprensión y el más grande, será el perdón. Para tener éxito en nuestro trabajo tenemos que saber esto a todos los niveles de nuestro servicio. Cuando no estamos de acuerdo o herimos a alguien, debemos pedirles su perdón y si ellos nos lastiman, hemos de perdonarles y orar por ellos siempre. Usted ha de sentirse mejor por ellos y también lo hará la Familia Vicentina. Así es realmente cómo crecemos. Debemos crecer en santidad, siendo pacientes y sirviendo en nuestra santidad. Es más que llevarles alimento o pagarles el alquiler. Somos una organización laica católica que sirve a Cristo en los pobres y eso es lo que nos hace diferentes de otros grupos de servicio social. Somos siervos de los necesitados. No somos perfectos, pero estamos haciendo el trabajo de Dios lo mejor que podamos.
Bendiciones, Lynn
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