El siglo XIX fue notable por importantísimos descubrimientos científicos y por fantásticas innovaciones tecnológicas, acontecimientos que provocaron constantes transformaciones en el mundo de los negocios y en el estilo de vida de las personas. Ante ese desafío los ejecutivos pasaron a reevaluar los fundamentos subyacentes de la misión, visión, valores e políticas de sus empresas, objetivando maximizar el grado de satisfacción de los accionistas, clientes, funcionarios y compañeros estratégicos.
Una de las iniciativas que ganó fuerza en las últimas décadas fue la de la responsabilidad social o Tercer Sector. La acción de voluntarios en módulo educacional es el camino más eficaz para reducir la desigualdad social –llaga viva de la sociedad contemporánea—. Las congregaciones religiosas son, reconocidamente, referencias históricas en el ejercicio de la caridad –una de las virtudes teologales.
En esta oportunidad destacamos la SSVP –Sociedad San Vicente de Paúl– institución católica internacional, fundada el 23 de abril de 1833, por el entonces joven Antonio Federico Ozanam (1813-1853), en París.
Ozanam fue profesor de la Universidad La Sorbona. Falleció a los cuarenta años y dejó una obra social singular. Su ejemplar vida espiritual le mereció la beatificación, en 1997, por el entonces Juan Pablo II. Basada en principios cristianos, la SSVP tiene como grandes metas la espiritualidad de sus miembros, la evangelización del prójimo y la promoción social y económica de los excluidos. Las acciones vicentinas se inscriben en la gestión de cunas, hospitales, casas de reposo para ancianos y en visitas domiciliares a los asistidos, en campañas humanitarias, en las actividades parroquiales y, especialmente, en las actividades diarias de su célula mater –las llamadas Conferencias Vicentinas.
La visión emprendedora de su fundador es la responsable de la expansión del movimiento en los cinco continentes y de sus ciento setenta y dos anõs de existencia. ¿Cuántas empresas de la iniciativa privada, administradas por geniales ejecutivos, han conseguido esa longevidad histórica? ¿El secreto? Éste es orgánico, no mecánico. Ozanam —profeta del tercer sector— vivió dos siglos adelantado a su tiempo. La SVVP puede agregar valor a la gerencia de empresas de todos los portes y segmentos, pues tiene en su esencia fundamentos organizacionales ejemplares. Si no, veamos.
Las actividades de las reuniones semanales de las Conferencias Vicentinas tienen los procedimientos normalizados, que encierran una cierta semejanza con las normas ISO (Organización Internacional para Normalización) –una de las “herramientas” de la calidad total, que puede ser sintetizada en la siguiente frase: escriba lo que hace y como lo hace, y haga como usted lo escribió. ¿Ejemplo? Receta de una torta.
La metodología de la prevención y solución de problemas utilizada recuerda al CCQ –Círculos de control de calidad–, técnica creada en 1962 por el recordado Prof. Kaoru Ishikawa. Éstos son equipos de trabajo que caracterizan la gestión iteractiva. ¿Ejemplo? El juego de voleibol. La revolución de los medios de comunicación y la movilización evolutiva de la sociedad llevarán a la clase política y empresarial a ofrecer pruebas reales de las acciones prácticas que están desarrollando para la mejoría de los indicadores de la ocho metas del milenio.
Esas metas establecidas en el 2000 en la ONU por 191 países signatarios son: erradicar el hambre y la extrema pobreza, universalizar la enseñanza básica, promover la igualdad de los sexos, contener la mortalidad infantil, mejorar la salud de la mujer, combatir las enfermedades, garantizar la sustentabilidad ambiental y establecer una campaña mundial por el desarrollo.
La tendencia del mercado es el surgimiento de un consumidor que pase a adquirir productos y servicios de calidad comprobada, no sólo por el marketing social de la empresa, sino por la postura ética y por el compromiso con la calidad de vida que ella evidencia.
0 comentarios