La Comisión nueva Evangelización organizó los días 6-8 de marzo un encuentro de convivencia y reflexión, en el centro de Espiritualidad San Vicente de Paúl de Santa Marta de Tormes (Salamanca), con laicos, laicos vicencianos y laicos que colaboran con los misioneros paúles en actividades pastorales. Nos reunimos unas veintinueve personas. Allí hubo miembros de AIC, MISEVI, JMV, AMM, cinco miembros de la Comisión y laicos colaboradores invitados, colaboradores en actividades apostólicas que, en estos momentos, están en activo en las tres Provincias canónicas que están llevando a cabo el proceso de reconfiguración en España: Barcelona, Madrid y Salamanca.
Oración, reflexión, análisis y diálogo fueron los cauces por los que discurrió el encuentro. Se informó sobre el proceso de reconfiguración, se habló sobre la misión compartida, se expuso la visión de los laicos y su aportación, y se analizó el Plan Pastoral de Evangelización de la futura nueva Provincia.
El clima fue muy bueno. Desde el primer momento todos los participantes expusieron sus puntos de vista, dieron su opinión, se ofrecieron a colaborar y aportaron todo aquello con que todos soñamos para que puedan ocupar el lugar adecuado en la vida de la Iglesia y en la tarea evangelizadora que es connatural a todos los bautizados. Reforzaron algunos aspectos y propuestas y enmendaron algunos otros. Se hizo un buen trabajo que ha enriquecido lo ya existente.
Nuestros laicos -podemos llamarlos así- nos piden a los misioneros paúles que seamos, de verdad, lo que nuestro nombre indica. Nos quieren, nos aprecian y nos desean como misioneros, pero como misioneros vicencianos apasionados por la vocación y la misión. Nos piden corresponsabilidad en la misión, en la evangelización y en el servicio a los pobres. Ellos confían en nosotros y desean que nosotros, todos, confiemos plenamente en ellos. Nos valoran y nos quieren, y reclaman, justamente, que nosotros les valoremos y les apreciemos convenientemente y en la justa medida para ser copartícipes de la nueva evangelización.
Los laicos vicencianos -vicencianos se sienten todos ellos, no sólo los que pertenecen a la llamada Familia vicencianademandan de los misioneros testimonio fidedigno de lo vicenciano, radicalidad en la vivencia de nuestro carisma, y que les formemos en todo, pero muy especialmente en lo que tiene que ver con el carisma y la espiritualidad que nos es propia. ¿Estaremos a la altura de sus expectativas?
No reivindican prebendas, privilegios, puestos de honor. Solamente piden compartir la misión de evangelizar y servir a los pobres, que se cuente con ellos, que se les llame para trabajar.
Durante este encuentro se dejó sentir, entre los reunidos, la presencia del Espíritu Santo que llama a todos a una nueva evangelización, a romper barreras y fronteras de tiempo y costumbres, geográficas y sociales, para construir, entre todos, en equipo, en comunidad, el Reino de Dios, su proyecto salvador para toda la humanidad. En definitiva, ha resultado un encuentro interpelante y enriquecedor.
Fuente: Boletín Vicenciano, Paúles de Barcelona, Madrid y Salamanca, número 1, marzo de 2015.
Autor: Santiago BARQUÍN, C.M.
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