Papúa Nueva Guinea (PNG) es país insular de Oceanía, localizado entre Nueva Guinea, y parcialmente entre otras islas de Oceanía. Sus habitantes se encuentran distribuidos entre 14,000 villas y ciudades y pertenecen a diferentes tribus, cada una con su propia cultura y lenguaje. Casi toda la población es Cristiana y el 27 por ciento es católica. Aunque el inglés es la lengua cultural, el lenguaje básico nacional es el neo-melanesio, también llamado Pidgin-Inglés. A pesar del enorme progreso alcanzado en las últimas dos décadas, la estructura de comunicación y el transporte continúan siendo deficientes. Las vías navegables son el medio de transporte principal, ya que no hay caminos en muchas de las aéreas, así como tampoco ferrocarriles.
La evangelización en Papúa Nueva Guinea es relativamente reciente. Los Padres Maristas (1845) fueron los primeros en llegar a Melanesia. Fueron seguidos rápidamente por los Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús (1882), y los Misioneros del Verbo Divino (1896). En los años posteriores muchos más grupos misioneros llegaron a la isla por actividades misioneras. Las tres primeras comunidades misioneras –Los Maristas, Misioneros del Sagrado Corazón de Jesús y los Misioneros del Verbo Divino se centraron en la educación, promoción de la catequesis y la vocación, creando de esta manera una base sólida para el crecimiento y consolidación de la Iglesia.
Los misioneros Vicentinos llegaron a Papúa Nueva Guinea hace catorce años. Al recibir la solicitud por parte de la Conferencia Episcopal, tres misioneros Vicentinos comienzan a prestar servicio en el seminario Mayor Regional Espíritu Santo localizado en Bomana, PNG. Este seminario está al servicio de la Diócesis de Papúa Nueva Guinea. Desde el año pasado a los Vicentinos se les ha designado las responsabilidades de este seminario. Ha sido una gran alegría para mí escuchar del Nuncio Apostólico y a los obispos que el seminario está funcionando bien especialmente luego de que los vicentinos se han hecho cargo de la administración del mismo.
Nuestro servicio no está limitado a la formación del clero sino que también nos encontramos activos e involucrados en el ministerio pastoral. Actualmente estamos manejando cuatro grandes parroquias con sus respectivas capillas. Los esfuerzos pastorales requieren un gran trabajo, porque en el contexto los problemas pastorales son muy complejos y piden total dedicación y gran sacrificio debido a la gran variedad de lenguajes que dificulta el establecimiento de los misioneros, la variedad de grupos tribales, el accidentado y áspero terreno, la escases de medios de transporte y comunicación, los movimientos migratorios desde las áreas rurales hasta las áreas urbanas y por consecuencia los cambios en el contexto de vida, las actividades perturbadoras de algunos elementos antisociales etc. De todas formas las comunidades católicas muestran un gran deseo de escucha de la Palabra de Dios y de recibir los sacramentos. Podemos ser testigos de la gran actividad litúrgica de las celebraciones en las Iglesias. Los responsables de la Iglesia reciben gran colaboración por parte de las comunidades católicas.
El Papa Francisco ha pedido a los misioneros en múltiples ocasiones que vayan a las periferias. En Papúa Nueva Guinea existe una Iglesia llena de vida y esperanza. Esta Iglesia está pidiendo una mano amiga. El trabajo es mucho. Papúa es un lugar donde los Vicentinos necesitan reflexionar sobre la intensificación de las actividades misioneras.
Por: Mathew Kallammakal,CM
Fuente: Nuntia, febrero de 2015.
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