Día de Oración y Ayuno Vicentino
Martes 18 de noviembre del 2014
Encuentre a Dios – Paciencia – Servir a Nuestros Amigos

Querida Familia Vicentina: Nada es más importante que el trabajo que estamos haciendo. Oremos siempre para mantenernos con Dios. Actualmente estoy lejos y espero que puedan recibir esta oración. Mi marido y yo estamos celebrando un viaje como regalo de nuestros hijos por nuestro 50avo Aniversario de Matrimonio. Dios es bueno con sus bendiciones, sorpresas y milagros. Nos estamos acercando al tiempo de Advenimiento, que es un gran momento para la renovación. Renovar nuestras promesas a la llamada de ser vicentinos. Trabajemos juntos, oremos juntos y seamos Jesús para los demás y veamos a Jesús en todo el mundo. Que la gente sepa que somos amados y sonriamos a menudo; la sonrisa es una rápida oración perfecta. Que siempre sientan la presencia de Dios y sus milagros. Amén.

Encontrar a Dios – Les invito a que pidamos a Dios a que entre en nuestro mundo y que nos muestre su presencia. Pidámosle a Cristo que se nos revele. El Señor desea que nos encontremos con Él. «Llamad y se os abrirá» (Mateo 7: 7). A veces tenemos tanto desorden nublando nuestra relación con Dios. Tenemos que limpiar la casa o como me gusta decir, «Tirte hacia afuera la basura, que está ocupando espacio valioso.» Este es mi lema a través de la Cuaresma y de Advenimiento que se están acercando rápidamente. Cuando despejamos nuestras mentes y nuestros corazones de la ira, la ansiedad, y los problemas, vamos a sentir que una enorme carga desaparece siendo sustituida por una carga que no es una carga pesada. La aprobación que queremos y necesitamos es de Dios. Todavía tenemos que ser amables con los demás, pero nuestra energía y el amor tienen que estar más en Dios. Él nos dio nuestras familias y nuestros amigos y sabe que los amamos; sin embargo, el amor más grande es por Dios. Asegurémonos de que Él está en la parte superior de nuestra toma de decisiones y pidámosle que nos ayude con la limpieza de la basura. «El Señor es nuestra luz y salvación”. (Sal. 27: 1). Jesús nos pide que llevemos nuestras cruces y vayamos a Él. Él quitará nuestro cansancio y nuestras cargas. Estamos llamados a ser sus discípulos. Recordemos, cuando nos sintamos picados y heridos, apartémonos, sentémonos en la oración y permanezcamos allí hasta que el dolor se suavice, para que podamos hacer frente a los demás, incluso a los que nos lastiman, con un corazón que perdona y el calor de Dios.

Paciencia – Señor, danos la paciencia para buscar la curación en su tiempo, no renunciemos a la esperanza, y para estar agradecidos cada nuevo día por el regalo de la vida que nos has dado. Amén.

Todos necesitamos sanación y nos volvemos impacientes con nuestro dolor. Oremos, «Señor dame paciencia ¡y hacerlo ahora!» La oración anterior es mucho mejor. Dios nos invita a todos a estar con Él. Es la mejor fiesta para no dejar de asistir. No hay excusas para no asistir. Aquí es donde nuestra paciencia asume el papel importante de poner lo a Él primero. Debemos discernir y entregar nuestras ideas. O, sí, nuestras ideas son buenas, pero vienen ellas por Dios, pongámoslo a Él de primero en la fase de planificación. Se alegraría si usted lo hiciera. Debo orar por paciencia cada día, sólo que hay que pedirle a mi marido; no es un don que es algo natural en mí. Las invitaciones a la fiesta de Dios en general significan trabajo y servicio. Él coloca el trabajo que tenemos ante nosotros y nosotros damos el paso adelante para servirle con amor en nuestro trabajo para Él. Con paciencia y, por supuesto, nuestro «sí» a Dios, y una vez que empezamos la tarea dada, encontramos una gracia increíble y la alegría pura. Dios nos ha renovado al servir a Jesús. Nuestras propias cruces y humillaciones pueden quitarnos nuestra ceguera y nos despiertan moralmente. Oremos por la paciencia y que se haga la voluntad de Dios.

Servir a nuestros amigos – En nuestra región llamamos los que servimos en necesidad, nuestros amigos. En otras áreas les llaman vecinos, pero fruncen el ceño si se usa la palabra cliente. Simplemente no se siente al servir a Jesús. Él no es nuestro cliente, sino nuestro amigo. Nos sentamos en la casa a través de Él, y el milagro es que Él está en nosotros también. La gente siempre me pregunta «¿Cómo podemos servir a Cristo en los pobres y ser Cristo para los pobres.» Se llama un milagro y servimos a nuestros amigos que abrazan ese milagro. Cristo está en cada uno de nosotros y la dirección es clara cuando sabemos este hecho. Somos siervos y servimos a nuestro amigo Jesús en necesidad. Dios es la fuente de nuestra vida y la vida de los demás. Buscamos una señal y nos encanta una persona cuando nos amamos en Cristo. Por la verdadera amistad es que servimos, guiamos y levantamos al que está abajo y fuera de Cristo, el Cristo sufriente. No hemos podido dar mucho a un cliente, pero podemos dar todo a nuestro amigo, Jesús, que está en necesidad. Vivamos en el espíritu de los Evangelios y sepamos que nuestro Dios es un Dios de sorpresas; un Dios generoso que viene a nosotros en todas las cosas. Estamos abiertos a las sorpresas de Dios esta semana.

Sea un amigo y disfrute de cada momento. Usted se roba a sí mismo de placer si le falta el disfrute. Esté siempre en paz. Todos ustedes están en mis oraciones. Rezo por la paz en todas partes y le pido a nuestro Señor que ablande los corazones de odio en los corazones de la gente.

Preguntas para la reflexión personal: ¿De qué manera usted «cruza la valla» entre el mundo y el cielo? ¿Cuáles son algunos de los compromisos que se hacen con el mundo en lugar de imitar a Cristo por completo? ¿Cuáles son sus posesiones favoritas? Si conoces a alguien que podría beneficiarse de ellas, podría usted compartirlas con ellos?

Bendiciones,

Lynn