Día de Oración y Ayuno Vicentino
30 de septiembre 2014
Familia Vicentina – Llamar a los Justos – Irritaciones y Espiritualidad
Querida Familia Vicentina: Oremos por el Papa Francisco, todos nuestros obispos, cardenales, sacerdotes, diáconos y seminaristas. Oremos por las vocaciones y oremos por nuestra juventud. Debemos perdonar a todos con la caridad cristiana, recordando el ejemplo de nuestro Redentor, que perdonó incluso a aquellos que lo crucificaron. Oremos para que crezcamos más profundamente en el amor. Le pedimos a Cristo a aferrarse a nosotros como nosotros nos aferramos a él. Él es nuestra esperanza. Sentimos su alabanza y su gloria siempre. Cristo Jesús, ayúdanos a sentir siempre tu fuerza y el amor o, Señor. Ayúdanos a servir y a alimentar a tus corderos con amor. Amén.
Familia Vicentina – En comunidad, vemos a Dios en los demás. Es como nuestra familia. Como Vicentinos tenemos mucho con qué trabajar y por lo cuál orar. No todos somos iguales pero nos aceptamos unos a otros porque todos tenemos el mismo objetivo: amar y servir a Cristo en los pobres. Somos el uno para el otro y para aquellos a quienes servimos. Dios sonríe y ama a nuestra familia y comunidades unidas por la oración, como si estuviéramos en nuestras parroquias, ciudades o pueblos y en todo el mundo. Sé que él está siempre con nosotros en nuestro trabajo. Estamos llamados a servir como una familia, la Familia Vicentina. Nos apoyamos el uno al otro para hacer la voluntad de Dios. Hace poco leí un artículo maravilloso por Jim Paddon, el Presidente del Consejo Regional de Ontario de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Él planteó esta pregunta en la que creo que cada uno de nosotros puede reflexionar. 1. ¿Dónde ha de encontarse a Jesús? 2. ¿Cómo hacemos ese contacto personal con Jesús? 3. ¿Realmente vemos a Jesús en aquellos a quienes servimos? Yo añadiría una pregunta más: ¿Vemos a Jesús en cada uno de nosotros? 4. ¿Hizo Vicente cambios sistémicos? Y yo añadiría también: ¿Hizo Ozanam cambios sistémicos?
Llamando a los Justos – En el evangelio del domingo pasado (Mateo: 21:31) era para atraer a los que piensan que están haciendo el bien, pero que fallan en hacer la voluntad del Padre. Dios no quiere que estemos en lo correcto todo el tiempo. Él quiere que seamos justos. Nuestras acciones deben reflejar el amor de Dios y nuestras acciones pueden ser justas. Dios quiere obediencia motivada por el amor y una actitud entusiasta de servir a aquellos que Él pone delante de nosotros. Esta es nuestra misión, para la que hemos sido llamados. Superficialmente, a veces reflejamos la santidad para el mundo, pero ¿es ese el reflejo de Dios? Hacer lo que es correcto hace la diferencia entre el cielo y el infierno. Podemos estar en la Misa todos los domingos y no hacer caso de los pobres o menospreciar a los que no están tan bien como nosotros. Asistir a la Misa es importante, pero llegar a los demás es la voluntad última de Dios. Dios nos pide que hagamos lo que es correcto para los demás y que seamos justos. Él quiere que oremos y que vayamos a la misa fielmente, pero lo más importante es: decir «Sí» a su llamadoporservir a Cristoen todos.
Irritaciones y Espiritualidad – ¿Alguna vez nos irritan las cosas pequeñas? ¿Perdemos la compostura y nos preguntamos por qué nos ponemos tan enojados? Es realmente curioso cómo las irritaciones nos hacen sentir pequeño y luego nos regañamos a nosotros mismos mirando las cosas más importantes en la vida. Pasamos luego a la oración y pedimos a Dios que esté con nosotros. Nuestras irritaciones por las cosas más simples aún perduran en el momento en que oramos. En realidad, deberíamos agradecer a Dios por las bendiciones de estos episodios irritantes. Ellos realmente nos ayudan a crecer y a darnos cuenta cuáles son las cosas que son realmente importantes. Dios siempre nos ama y aún cuando le damos muchas razones para estar irritable con nosotros, pero Él parece darse cuenta de que vamos a volver a nuestro verdadero estado de ánimo y nos ama siempre y es muy paciente. Una cita textual de Santa Luisa de Marillac: “¿Cuán obvio es que Dios te ama porque Él te da muchas oportunidades de servirle.” Gracias, Señor, por el privilegio de servirte en los pobres y necesitados, ya sea directa o indirectamente. Que haya siempre espacio en mi corazón para las personas sin hogar, los desplazados y las almas sufrientes de este mundo. Tengan una gran semana. Oren siempre y manténganse cerca de Dios.
Que siempre sientan su presencia.
Bendiciones,
Lynn
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