Día de Oración y Ayuno Vicentino
Martes 16 de septiembre 2014
Encendiendo el Fuego del Servicio – Hijos de Dios – Al Nivel del Suelo – Amor Ardiente
Querida Familia Vicentina: Mantengan sus corazones puros y orad los unos por los otros siempre. Recordamos la semana pasada el día ‘once de septiembre’. En todo el mundo las personas oraron y lloraron con los estadounidenses por el terror devastador del ataque contra el World Trade Centre. Acabo de escuchar una historia de un franciscano sacerdote local, el Padre Bob, quien habló de su primo que era capellán del Departamento de Bomberos de NY. Él administraba la extremaunción a un bombero caído cuando el primer edificio se derrumbó. El Padre Bob recordó que su primo estaba haciendo la voluntad de Dios hasta la muerte. Muchas familias de todo el mundo sufrieron el ataque. El nos pidió que nos acordemos de orar por aquellos que han asaltado a personas inocentes y en actos de terrorismo en todo el mundo. Ellos necesitan que el amor de Dios los guíe. Oremos por nuestros sacerdotes, el Papa Francisco, nuestras religiosas, los seminaristas y todos los que responden al llamado de Dios. Que siempre sientan todos el calor del amor de Dios y demos de ese calor a los demás. Amén!
Encendiendo el Fuego del Servicio – Este fue el título de un ministerio de retiro al que asistí la semana pasada. A veces nos preguntamos quiénes somos y buscamos la respuesta en muchos lugares. El mejor lugar para descubrir quién eres es la Escritura. La mayoría de nosotros pensamos que las Escrituras nos dicen qué hacer, pero lo que realmente nos dicen es quienes somos. Somos hijos de Dios. Somos amados y somos bendecidos. Somos hermosos, únicos, uno de una clase; estamos hechos para ser hermosos, amados y únicos. Saber quiénes somos nos dice qué hacer. Aquí es donde nos encontramos con el fuego – aquí es cuando encendemos la llama del servicio. La Escritura es una descripción de lo que somos y cómo nos vemos. Somos honestos, fieles, amorosos, compasivos. ¿Qué significa todo esto? Que somos gente de fe. Somos los fieles. Jesús nos dio un mandamiento, “Amaos los unos a los otros como yo os he amado”. Por tanto, como personas de fe, vemos a Cristo en los demás. Brindamos información sobre las cualidades de la fe a los demás y encendemos el fuego del servicio. No nacemos con la gracia y la fe; eso un regalo de Dios. Paremos enfrente del Dios vivo y pidámosle que nos ayude a encender el fuego del servicio en todo el mundo con actos de servicio y de afecto a todos los seres humanos.
Hijos de Dios – Jesús nos asegura en Juan 14, no temer o tener corazones afligidos. Él nos da la paz. Esta es una paz especial que sólo Jesús puede dar. Es la cosa real. Jesús dice: «No como el mundo les da la paz yo os doy la paz”. Su paz comprende el ámbito del Espíritu Santo, y el amor del Padre, un amor como ningún otro, un amor que el mundo no puede dar. Cuando pareció que Jesús se había ido, tuvimos al Espíritu Santo. Nosotros nunca estamos abandonados. Nos guiamos y consolamos por el Espíritu y Él hace la voluntad del Padre por cada uno de nosotros, hijos amados de Dios. Sepamos que cada persona que entra en contacto con nosotros es un hijo de Dios y debemos hacerles sentir Su amor a través de nosotros. A veces Dios parece distante, y, a veces el pensamiento de Dios el Padre es aterrador para algunos.
Nuestra presencia demuestra el amor del Padre y puede transformar a aquellos que están profundamente tristes y heridos. Dejemos que los demás vean siempre nuestro amor y bondad, ellos anhelarán lo mismo. Estemos presentes para todos los hijos de Dios.
Al Nivel del Suelo – La mayor parte de la predicación de Jesús era en la cima de la montaña, especialmente en Mateo cuando escuchamos las bienaventuranzas, pero en Lucas, Él está en el nivel del suelo. Se pensaba que subir a la montaña nos llevaba más cerca de Dios. Puedo entenderlo por que vivo en Calgary, Alberta en Canadá y puedo ver la majestuosidad de las montañas cada día. Realmente siento que eso me llama a orar. Creo que Lucas quería hacernos saber de que Jesús se encuentra también a nivel del suelo y Su amor y las enseñanzas son tan grandes en cualquier sitio en el que estemos. Jesús es la carne, el cuerpo vivo del maravilloso amor de Dios. Jesús es el buen pastor cuidando su rebaño, es el siervo sufriente, es el fiel. Jesús es la fuerza prometida que mantiene viva nuestra fe y nuestro servicio a los demás. Midamos nuestros valores en los ojos de Dios, no en los tesoros terrenales. Sirvamos a los pobres con callos en las manos con amor en nuestros corazones. Recordemos que Jesús vino a servir y no a ser servido. Él nos mantendrá al nivel del suelo en nuestro servicio a los demás.
Amor Ardiente – Señor Jesucristo, coloca un amor ardiente por ti en nuestros corazones. Permite que eso se exprese en una pasión henchida por el Espíritu Santo que rinda servicio a las necesidades espirituales y corporales de las personas. Jesús nos promete dos cosas, Primero) Nuestra vida tiene sentido y; Segunda) Viviremos para siempre. No hay nada mejor que saber que somos amados por Dios. Todos somos lo mismo a los ojos de Dios. Somos sus hijos. Siempre mantengamos los ojos en Jesús y sintamos su amor. Somos la hoja de ruta que conduce a otros a Cristo. El ardiente de Jesús es el amor divino y se nos encomendó a llevarlo a los demás. Se nos ha dado el amor libre y somos llamados a servir. Servimos a Cristo en los que sufren y todo lo que representan y les llevamos el ardiente amor de Cristo.
Que vuestra semana esté llena de sorpresas, amor, alegrías inesperadas y fe.
Mañana, tengo una cirugía de cataratas. Estoy tan impaciente por ver todas las pequeñas cosas que me he estado perdiendo, sobre todo leer mi Biblia. Sí la leo en línea, pero es agradable sostener la escritura en la mano y celebrar la Palabra y meditar. Bendiciones, Lynn
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