Día de Ayuno y Oración Vicentina
Martes 19 de agosto 2014
Señor Ayúdame – Confiar en el Señor – ¿Qué es la Paz? – ¿Quién dicen ustedes que soy yo?
Querida Familia Vicentina: Oremos, siempre juntos. Oremos los unos por los otros. Y conozcamos a nuestra familia Vicentina en todo el mundo a través de www.famvin.org y seamos uno en Cristo. Ustedes están en mis oraciones. “Dios me ha creado para rendirle algún servicio determinado; Él se ha comprometido para que el trabajo para mí que él me designó, no sea hecho por otro. Tengo una misión – Puede que no lo sepa que en esta vida, pero él me lo dirá en la siguiente”. (Cardenal Newman). Bendigan su semana y a todos aquellos a quienes sirven. Deje que la gloria resplandeciente de Dios brille mientras evangelizan a todos a vuestro derredor.
Señor Ayúdame! – Muchas veces en la oración sabemos que Dios está diciendo algo a nosotros. Él nos da señales. Esto es cuando su vida de oración es madura y sus creencias en sus peticiones de oración son sinceras y probablemente sin egoísmo. Clamamos al Señor y esto es a veces el final de nuestra cuerda. Dios siempre parece hacer un nudo en el extremo de su cuerda, para que usted no se caiga. Él está ahí siempre. Mi signo cada vez que llego a la parte inferior de mi cuerda es Jesús, alcanzándome con su mano herida y Él está en un puente. (Tengo mucho terror de los puentes). Sin embargo, es Jesús, así que llego a Él y la paz fluye a través de mí. Sé que no tengo nada de qué preocuparme. Recientemente mi nuera me dio un ejemplo de señales de Dios. Sus signos son libélulas. Ella estaba orando mucho por un amigo de ella y como ambos estaban rezando, el amigo recibió la noticia de que todo estaba bien. Al recibir ella esta palabra, las libélulas zumbaban a su alrededor. A veces es un poco abrumador cuando Dios nos da la señal, pero siempre es una señal poderosa. Tenemos rosas o sentimos el olor de las rosas cuando le pedimos a Santa Teresa intervenir y la intervención del Beato Federico Ozanam ha eliminado el dolor de los que sufren de cáncer. Estas son todas las obras de Dios. Él escucha nuestro grito de auxilio y nos da una señal. Él va a tocar nuestros corazones y nos dirijirá siempre, si es que le escuchamos.
Confiando en el Señor – Dios es bueno – Todo el tiempo. Saulo de Tarso fue tocado por Dios en el camino a Damasco. Su primer encuentro con Dios fue aterrador y era un Dios bastante diferente del Dios que llegó a conocer, a amar y a confiar por si mismo. Saulo se asustó cuando fue cegado; sin embargo, este es el momento en que vio realmente. Esto es lo que la confianza en el Señor por medio de la gracia hace, cuando nos da una mirada de fe. Cuando nos sentimos frustrados debemos meditar. Tenemos que confiar en las personas que Dios pone ante nosotros. Las personas a las que servimos no son accidentes. Se colocan delante de nosotros y como nos tomamos el tiempo para llegar a conocerles, reconocemos lo increíble que son. Cuando oramos cada vez confiamos más, ya no podremos ver los malos hábitos de los demás, pero veremos a Jesús en ellos y reconoceremos y les daremos la esperanza. No vuelvas a decir que esto no funciona. Oremos más y sirvamos a Jesús resucitado en aquellos que Dios pone delante de nosotros. Nunca es demasiado tarde. Vamos a ser sorprendidos por los resultados si dejamos que Dios entre en nosotros. Pensemos en el milagro de la gran piedra rodando dando paso a la sepultura y sepamos que este es nuestro Dios y que por él todas las cosas son posibles. Dejemos que la confianza comience. Ustedes y los que servimos serán mejor para él.
¿Qué es la Paz? – Siempre escuchamos que tiene que empezar con nosotros. Sabemos esto, pero no estoy segura de que lo creemos. A veces nuestra actitud se interpone en el camino de la paz. La paz es una persona a la vez, compartiendo el amor de Dios con otros. En nuestro camino hacia la santidad, practicamos la paz. Hagamos una nota mental de nosotros mismos – no pretendamos ser santos – pero tengamos la intención de ser uno. Doblemos las rodillas, no nuestra moral y amemos como Jesús. Él es nuestro maestro. Conozcamos la paz de Cristo y dejemos que esta paz sea totalmente responsable. Jesús dijo: «El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz, y sígame.» (Mateo 16:24). Si queremos paz y tranquilidad en nuestras vidas tenemos que dejar que Dios se encargue de nuestras vidas. Él es mucho más fuerte que nosotros y verdaderamente conoce el camino, la verdad y el mapa que se necesita para tener éxito. Él es nuestro GPS (sistema de posicionamiento geográfico). No hay mayor paz que el amor de Dios y la dirección de su voluntad.
¿Y ustedes quién decís que soy yo? – Esta pregunta fue dirigida a Pedro en Mateo 16. Es una pregunta sobre la que deberíamos de reflexionar en nuestro servicio a los demás. ¿Quién es Jesús para mí? Verdaderamente siento que la respuesta a esto está en la meditación. No se nos pide para construir su iglesia, sino el Reino de Dios en la tierra. Se nos pide que le sigamos. ¿Por qué? Estamos llamados a ayudar a Jesús a rescatar a las personas que servimos. Estamos llamados a llevar esta actitud a todas las personas. Nos encanta, nos perdonamos y vemos a Jesús en los demás. También somos la iglesia de Cristo. Vivimos los Evangelios, así que en realidad conocemos mejor a Jesús y tratamos de ser como él en todos los sentidos. Sé que la mayoría de nosotros no tienen éxito, pero sigamos intentando y amemos como Jesús ama. Jesús es el hijo de Dios y el amor más grande que jamás existió en forma humana. Ahora estamos llamados a asumir el cargo de la Iglesia, somos su cuerpos en la tierra y Él es nuestro guía. Somos parte del ejército de Dios en la tierra para llevar la esperanza, el amor y la paz a todos los que nos encontramos. Servimos a los quebrantados de Cristo y llevamos el amor. Se necesita una gran cantidad de oración y conocer el Evangelio, pero no hay mejor manera de vivir que como cuando nos hacemos imitadores de Cristo en la construcción del Reino aquí en la Tierra. ¿Quién decís que Cristo es?
Bendiciones,
Lynn
0 comentarios