Con una mañana bastante fría, Iniciamos este día nuestra jornada con el rezo de laudes y la celebración de la eucaristía presidida por el P. César Alfonso Chávez (Chuno), de la provincia del Perú. Una vez
terminada la eucaristía pasamos al comedor para el desayuno.
El ponente de este día, el P. Hernán Alzate, C.J.M. Su ponencia: “Acompañar en situaciones de dificultad”.
El ponente expresa que su intervención pretende mostrar otro ángulo en el tema del acompañamiento. Inicia su ponencia dando lectura al salmo 21, salmo que habla y que nos sitúa frente a nuestra propia realidad: “somos hombres de barro”.
El ponente empieza a desarrollar el tema hablando sobre el “sentido de la crisis”.
- Ceguera y tristeza, Lc. 24, 26: este texto nos conduce a Jesús que acompaña a sus discípulos.
- Crisis como palabra vacía en nuestro medio religioso: donde el sufrimiento concreto se minimiza, como algo que sucede… a todos…
- Crisis. Situación de vida donde todo se convierte en sin salida y es insoportable.
- Derrumbamiento y perturbación del mundo vital que se percibe subjetivamente.
- No dejan indiferencia a la persona afectada sino que desafían su criterio tanto cognitivo como emocional.
- ¿Se puede salir de ahí?… es peligro y oportunidad… es un riesgo aún de la propia vida. En un momento de angustia se puede terminar aún con la vida, ya que existe un sentido de culpa muy grande.
Como religiosos y acompañantes no podemos desconocer que ante una situación de crisis, surge siempre la necesidad de ser escuchados y de soportar nuestra vida en alguna otra persona. El objetivo que nos tenemos que trazar es tratar de encontrar una luz a esta situación particular.
Continuando con su ponencia, nos presentan las características de las crisis:
- Relacionadas con el desarrollo psíquico: fases, estadios de la historia de vida.
- Desde la estructura de la personalidad, puede haber propensión a determinadas crisis.
- Puede ser un estado crónico que va mermándose con el tiempo y que tienen que ver con problemas de neurosis y psicosis.
Una de las soluciones a estos estados de ánimo es el afecto constructivo, ya que el hecho de estar ahí, se convierte en algo fundamental para ayudar a salir de una crisis. No se necesita invadir el espacio del otro para sacar adelante una situación, basta con una buena relación interpersonal, es decir, saber caminar con el otro.
Actitud del que acompaña: todo ello tiene una dimensión religiosa: culpa, miedo, cruz, falta de fe, etc., y ahí también hay un reto, porque es lo que debe iluminar el sentido.
Construcción: el cómo acompañar: criterios y reglas; acercarse con cuidado, en una actitud no embasiva, implica estar muy abierto a entender el dolor del otro (Lc. 24).
Haciendo una pausa a su intervención, el P. Hernán propone que por grupos expresemos aportes relacionados con la crisis y formulemos luego preguntas o inquietudes relacionadas con este tema. Luego de la merienda nos reunimos en plenaria para socializar el trabajo por grupos, de los cuales surgieron, entre otras, las siguientes inquietudes:
- ¿Una experiencia religiosa puede sanar una crisis estructural?
- ¿Cómo ayudar a una persona que no acepta su situación de crisis?
- ¿Qué elementos debemos tener en cuenta en los momentos de crisis?
- ¿Cómo lograr poner nombre a la crisis?
- ¿Cómo acompañar a hermanos (as) con problemas psicológicos o psiquiátricos?
- ¿Cómo se diferencia una crisis asumida de una camuflada en la vida religiosa?
- En qué favorece para un acompañamiento la psicología de la persona?
El ponente finaliza su intervención procurando dar respuesta, desde su experiencia de vida y profesional, a estas preguntas de los grupos.
Pasado el mediodía y luego de las actividades de descanso, nos encontramos nuevamente por grupos para hacer un trabajo de lectura complementaria.
Concluimos nuestro trabajo de hoy con un compartir fraterno en donde nos deleitamos con los dotes histriónicos de varios de los estudiantes, algunos sacerdotes y hermanas, y
con la calidez de los anfitriones colombianos.
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