Tomado del «Cuaderno de Formación», enero de 2014, de AIC:
Introducción:
Conocer nuestros orígenes para fortalecer nuestro sentido de pertenencia a la AIC
Hacer un recorrido histórico de las Cofradías de la Caridad nos permitirá conocer nuestros orígenes y en otros casos recordar de donde surge lo que es hoy la Asociación Internacional de Caridades AIC. Tenemos que conocernos para amar lo que somos y lo que queremos seguir siendo, conscientes del legado que nos dejo nuestro Santo Fundador San Vicente de Paúl; un carisma vivo que en poco tiempo cumplirá 400 años, de estar enraizado en muchos corazones y ayudando a muchos hermanos desposeídos, sumergidos en la miseria, donde nuestro lema “Contra las pobrezas, Actuar Juntos” es cada día más actual y necesario.
Desarrollo del tema:
El 1 de Agosto de 1617, el Señor Vicente toma posesión de su nueva parroquia. Un domingo, por la mañana, cuando el nuevo párroco se disponía a celebrar la Santa Misa, le avisaron que en una casa toda la familia estaba enferma, sin que hubiera una sola persona sana para curar a las demás. Vicente recomendó a esta familia en un sermón conmovedor. Por la tarde, cuando él mismo se dirigía a esa casa, encontró en el camino una verdadera procesión de mujeres que iban y venían llevando socorros.
Y dice San Vicente que “Dios me dio este pensamiento: ¿No sería posible reunir a estas buenas damas y exhortarlas a darse a Dios para servir a los pobres enfermos?” (SVP IX, 208).
El primer servicio: la visita domiciliaria“Propuse a todas estas buenas personas, que la caridad había animado a transportarse ahí, que se cotizaran, cada una un día, para hacer el puchero, no solamente para ellos, sino también para los que vendrían después; ese fue el primer lugar donde la “Caridad” fue establecida” SVP IX, 233).
Es el 20 de Agosto de 1617. Tres días más tarde, el 23, el Señor Vicente organiza el primer equipo de damas encargado de ocuparse de los enfermos a domicilio. Redactó entonces el primer reglamento de la asociación. Este contiene el germen de todos los otros reglamentos que vendrán después. El objetivo en él está claramente definido: “Asistir espiritual y corporalmente a los pobres” (SVP:X:574). La razón para esto está dada: La caridad es la marca infalible de los verdaderos hijos de Dios (SVP:X:574). El método está dado también: los pobres no carecen de personas caritativas, sufren “de falta de orden para socorrerlos”, las prioridades están fijas: ir hacia aquellos que son los más pobres y los más aislados.
La primera “Cofradía de la Caridad”, se establece; es oficialmente reconocida por el Arzobispo de Lyon el 24 de Noviembre de 1617 y erigida el 8 de Diciembre, día de la fiesta de la Virgen.
Algunos meses más tarde predica una serie de “misiones” en los dominios de la Familia Gondi donde viven unos
7.1 a 8.000 aldeanos, fundando cada vez una “Caridad”.
Responder a todas las necesidades que encontramos: los servicios específicos
En Septiembre de 1618, predicando en Joigny, visita un pequeño hospital. Encuentra ahí a numerosos enfermos abandonados y orienta la “Caridad de Joigny” hacia esta nueva especialidad.
En 1619, por la intervención del Sr. Gondi, es nombrado “asesor general de las galeras”, descubre así la situación tremenda de esos hombres y lanza de inmediato una nueva “Caridad” para responder al llamado de esos prisioneros (SVP XIII, 475).
Su ministerio, sus relaciones, sus observaciones le hacen descubrir otras situaciones catastróficas: la miseria de los niños de la calle, de los viejos, de los adultos sin trabajo, de los huérfanos, de los niños abandonados, de las viudas, de aquellos a quienes llama “pobres vergonzantes”, las ruinas de la guerra. Por todos partes, adapta las estructuras de las “Caridades” para responder a estos diversos llamados y pronto toda Francia va a conocer esta nueva asociación.
La necesidad de una organización, animación y coordinación de las Caridades
Años más tarde encuentra a una mujer que iba a convertirse en su más precioso auxiliar: Luisa de Marillac. En 1629 Él le confía la animación y la coordinación de las Cofradías de la Caridad. Durante meses ella va a recorrer las carreteras, a visitar, a animar, a suavizar los conflictos, a recordar las orientaciones fundamentales. Ella fue entonces la primera coordinadora de las “Caridades” y jamás cesó en el curso de su vida, de estar atenta a su acción y de trabajar en su desarrollo. Podemos decir que Luisa de Marillac fué la primera a desempeñar el rol que hoy se llama de “presidenta nacional e internacional”.
Las Caridades se vuelven internacionales
En 1634, la primera “Caridad” es establecida en Italia, y en 1651 en Polonia.
El 27 de septiembre de 1660, el Señor Vicente deja este mundo. La página de su vida se acababa. Era la primera de un gran libro que no se ha cerrado aún. Hoy la fundación de Chatillon se extiende a todos los continentes. Bajo el nombre de “Asociación Internacional de Caridades” AIC, reagrupa a miles de mujeres, y en los últimos años algunos hombres, que, fieles a su fundador, se comprometen juntos en la lucha contra la miseria, contra las pobrezas. Piensan que “el servicio a los pobres debe preferirse a cualquier otra cosa” (LM:803 [E.95]). Tratan “a la luz de la fe” de descubrir en ellos a Cristo que los llama y que los moviliza (SVP XI, 32).
Reflexión personal o comunitaria:
Meditemos estas frases:
“La caridad para con el prójimo es una señal infalible de los verdaderos hijos de Dios”;
“Los pobres de la ciudad han tenido que sufrir mucho más por falta de orden y de organización que porque no hubiera personas caritativas”;
“AIC: Encantarse con Cristo en el pobre y convertir la vida en una experiencia encantadora”.
Actividades o preguntas:
- Démonos un tiempo para releer y repasar nuestro reglamento.
- Al concluir la lectura hagamos un análisis-revisión-examen de conciencia, reflexionemos.
Canto: Tú me dijiste, Señor
Tú me dijiste, Señor, que en mi camino iré encontrando hambrientos de mi pan,
que habrá sedientos que vengan a mi fuente, enfermos tristes de frio y soledad.
Tú me dijiste que sufres en el pobre, que estas desnudo y no tienes libertad,
que en el anciano que espera, Tú me esperas, y en ese niño de hambre morirás.
Coro:
Aquí me tienes Señor Yo quiero amarte amando al pobre y a aquel que sufre más
tuyo es mi pan, y el agua de mi fuente, ven a mi casa y amor encontraras.
En el camino hay siempre un hombre herido que necesita mi ayuda y mi amistad,
no mil discursos que hablen de justicia, ni mil palabras que el viento llevará,
en tu mirada hay pena y soledad,
quiero entregarte mi alma y mi alegría, toda mi vida en ofrenda de amistad.
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