Juanita Guerrero, garífuna de séptima generación, como ella dice, representa a la comunidad católica de Masca.

Trabaja en la aduana entre Honduras y Guatemala. No le resulta fácil: se siente discriminada por ser mujer, por ser negra y por su formación en los EEUU. Sin embargo, religiosa ferviente, no se echa atrás. Sufre por el espectáculo diario de menores de edad que desean cruzar la frontera tratando de hacer vida en el extranjero y que, en muchos casos, son devueltos a su país de origen como delincuentes.

En la comunidad de Masca, Juanita comparte inquietudes pastorales con Otilia Lambert, Delegada de la Palabra. Juanita y Otilia se encargan de la vida pastoral de la aldea. Cuidan del templo y ofrecen a la comunidad el alimento de la Palabra. Se sienten muy animadas y con deseos de estudiar y aprender para compartir.

Las celebraciones de la fiesta patronal, San Antonio, y otras de importancia son según el estilo y cultura garífunas.

Desearían que todas las familias se implicaran más en las celebraciones para hacerlas más vivas y participadas. Y piden a la Iglesia Católica un mayor compromiso en la formación de jóvenes y adultos.

Los Misioneros Paúles en Honduras trabajan,
mano a mano, con los agentes pastorales:
los que se han asomado
aquí y muchísimos otros.

Gracias por su colaboración.

MISIONEROS PAÚLES
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Autor: Desconocido. • Año de publicación original: 2014. • Fuente: Tríptico informativo de las misiones en Honduras de la Congregación de la Misión, provincia canónica de Zaragoza.