Día de Oración y Ayuno Vicentino
Martes 10 de diciembre 2013
Esperando en la paz – Bendiciones Diarias – Entrega Jubilosa – Nuestro Regalo

Querida Familia Vicentina: Esta época es la más hermosa del año. Es una época de amor de los unos por los otros. Mi favorito es el tiempo litúrgico de Cuaresma y Pascua, sin embargo Adviento y la Navidad son muy cercanos, como en segundo lugar. Me encanta el sentido de dar que la gente tiene y siempre deseo que continúe durante todo el año. Es un momento en que vemos muchas emociones, algunas buenas, otras no tan buenas. “Preparad el camino del Señor,» Mateo 03:03. Un regalo especial para el mundo está con nosotros, prepararse para recibirlo. Oremos por todos los no creyentes, por los que han caído; por nuestros hijos, porque los que sufren, los prisioneros; los solitarios, los enfermos y sobre todo por los demás; por nuestro clero y por los religiosos y las monjas. Que el Señor nos ayude a preparar y enderezar nuestras sendas para todos los que están prestos para seguir por nuestro camino. Amén

Esperando en Paz – El Adviento es un tiempo para esperar. Primero esperamos con esperanza nunca perdernos el adviento y entusiasmar a otros. Entonces esperamos en Paz. La paz puede causar unos cuantos problemas. Oramos y nos esforzamos por la paz todo el tiempo, pero a veces nos salimos un poco del camino, especialmente durante el Adviento, cuando tratamos de equilibrarlo todo. Navidad viene estemos listos o no, simplemente preparemos nuestro corazón y nuestras almas, todo lo demás caerá en su lugar. Puede ser difícil encontrar esperanza en tiempo de dificultades. A menudo me pregunto cómo hacer para darles la esperanza de regreso a muchas de las personas que visito. Tenemos que hacer un llamamiento a la Trinidad para devolver la esperanza y la paz. La paz es un regalo increíble. Tenemos a Jesús para enseñarnos acerca del perdón. El perdón no es acerca de excusar las transgresiones, se trata de la elección de no vivir con odio. ¿No es eso la paz? Debemos discernir constantemente nuestros problemas y conflictos y encontrar un centro y el centro debe de ser Cristo, quien se humilla. No siempre tenemos que estar en lo cierto. Estamos llamados a estar listos y dispuestos y servir amorosamente como apóstoles para los necesitados puestos ante nosotros.

Bendiciones Diarias – Dios tiene grandes planes para nosotros hoy y cada día. Hay que hacer de cada día una bendición, porque realmente lo es. Una de nuestras bendiciones es que estamos llamados como Vicentinos a amarnos unos a otros y ver el sufrimiento de Cristo en cada persona. Estamos llamados a servir a Cristo en cada persona. Esta es nuestra vocación, es la razón por la que nos levantamos cada mañana porque nosotros estamos llamados a servir. Nosotros recibimos el amor de Dios y lo compartimos con los demás. Dios tiene un plan para cada uno de nosotros cada día. Es una de nuestras bendiciones. De las que hay tantas, como: Vivir la misión de Dios por ti y para ti y sentir el abrazo del amor y las bendiciones. Nuestro trabajo es simple si nos esforzamos por ser humildes. Nuestra mayor alegría viene de tener a Dios con nosotros en nuestro servicio, servir a Jesús en los demás y sonriendo por cumplir con ese llamado. “Vuestra mayor alegría no debe venir de todo lo que hacen en su nombre, sino del hecho de que Él sabe sus nombres”, (Lc 10,20).

Siempre estoy muy agradecida a nuestros Vicentinos jóvenes que responden al llamado a servir al prójimo, desinteresada y libremente. No sólo los necesitamos durante esta temporada para darnos energía, sino todo el tiempo. Gracias a Dios por la bendición de nuestros jóvenes vicentinos.

Sometimiento Jubiloso – Sabemos que Dios tiene grandes planes para nosotros hoy en día, sólo tenemos que decir «sí » y someternos con gozo a sus grandes planes. A veces no estamos seguros de hacia dónde nos llevan; sin embargo, sabemos que EL estará con nosotros todo el camino si hacemos Su voluntad. El camino hacia la santidad es hacer la voluntad de Dios, incluso si tenemos dudas. Cuando nos sometemos, tenemos el Espíritu Santo descansando en nosotros quien nos ayuda en el camino. Experimentamos paz verdadera cuando nos sometemos. Luchar contra él no nos da comodidad, y no nos trae la paz que anhelamos, esa la paz que no es la que depende de poner fin a las luchas con los demás en nuestra familia y en nuestro dentro de trabajo. Caminamos con nuestro Señor y esa paz viene de adentro, a pesar de la crisis que nos rodea. La paz llega a nosotros a través de nuestro amor y sumisión a Dios y en la recepción de los dones de la Trinidad. La paz viene cuando caminamos con Jesús, cuando hablamos y servimos a Jesús cada día. Traemos la Eucaristía con nosotros en gozosa sumisión a Su voluntad. No hay mayor júbilo que el de la paz de nuestro Señor.

Nuestro Regalo – La Eucaristía es nuestro don más sagrado. Se envuelve todo en la perfección cuando creemos. Nuestro regalo más grande es el Hijo – Su nacimiento, muerte y resurrección. El regalo de Jesús en la Eucaristía es el arma más poderosa que tenemos. Llévelo con usted cada día y comparta el amor de este regalo con los que le rodean. Si te enfadas, piensa en la Eucaristía y la ira se convertirá en amor. No puede aclarar una situación, pero tu corazón se dispara con el amor de Dios. La presencia real de Cristo en la pequeña ostia es el mejor regalo sin lugar a dudas. Celebremos por ese regalo y compartamos su amor con todo el mundo dejando que sus acciones sean elocuentes del amor de Cristo para todos.

Si usted tiene la oportunidad de leer la historia de un Belén franciscano y si tiene la oportunidad de ver una obra en él, usted experimentará la alegría. Pase algún tiempo ante el Santísimo Sacramento si puede y aprecie cada Eucaristía.

Visite: www.famvin.org/es para un aprendizaje y una maravillosa jornada de Adviento de la Familia Vicentina. Todos ustedes están en mis oraciones.

Mi esposo y yo pasamos una buena parte de nuestras vacaciones haciendo trabajo Vicentino en Cuba y compartimos una comida en la casa de una de las familias cubanas. Esta familia tenía la verdadera paz de Dios, aun cuando sus vidas están en la opresión política del estado, ellos nos dieron muestras de su alegría y del amor familiar. Oremos por todos los que han perdido la esperanza en las tormentas, las guerras y la opresión política.

Bendiciones,

Lynn