“Encontrarán al niño recostado en un pesebre”
2 Sam 7, 1-5.8-12.14.16; Sal 88; Lc 1, 67-79.
En esta noche santa, noche en la que contemplamos el momento en el que Dios se hace presente en nuestra tierra, acerquémonos al pesebre con sencillez para encontrarnos como hermanos, contemplando la grandeza de Dios en la pequeñez, fragilidad y ternura de aquel Niño. Ahí llegan primero los pastores, que desde su pobreza se encontraron con Jesús. Llegan los reyes, que movidos por su amor a la verdad atraviesan desiertos, dejando comodidades para seguir a la estrella que lleva a Jesús.
Llegan los buscadores de paz, soñadores que parecieron intuir una música celestial “gloria en el cielo y en la tierra paz”. Al encuentro con Jesús llegan pecadores y sabios, llegan pobres y ricos, llegan de cerca y de lejos, de la ciudad, del campo. Llegan de todos lados e invita a llamar a los que faltan.
Tú y yo hemos sido invitados para contemplar la grandeza y el amor de Dios en aquel niño Dios. ¡Feliz nacimiento de Jesús!, lo felicitamos por haber aceptado ser parte de nuestra historia.
Para ti y toda tu Familia deseamos una cristiana y ¡Feliz Navidad!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Elena Camacho, de la Sociedad de San Vicente de Paúl
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