Dijo María: «Hágase en mí según tu Palabra»
Is 7, 10-14; Sal 23; Lc 1, 26-38.
Pensar en el «Sí» de María a la propuesta de Dios, no podemos olvidar que con ese «Sí», toda su vida quedó comprometida. La respuesta que ella dio no era algo espontáneo o «lógico». María dirá que sí, más por confianza y fe, que por conocimiento. Ella apenas podía entender lo que le había sido explicado… y, sin embargo, dice que «Sí». Leyendo su vida desde evangelio nos damos cuenta que su sí fue puesto a prueba cada día. Ella quedará encinta. No sabe bien cómo, pero lo cierto es que su corazón está inundado por una luz especial. Ella vive inmersa en el misterio sin pedir pruebas, vive unida al misterio más radical que existe: Dios.
María se dejó guiar por la fe. Sin certezas humanas, ella supo acoger confiadamente la Palabra de Dios. Ella supo esperar, con fe y en oración que la mantuvo en íntima unión a Dios. Su experiencia contrasta con nuestro mundo materialista y consumista, especialmente en la cercanía de las fiestas de Navidad. Dios creció en el seno de María, y también puede crecer hoy en nuestros corazones.
Hacer la voluntad de Dios no siempre es fácil. Es bueno tener planes, pero siempre dejándole a Dios la libertad para cambiarlos…
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: María Elena Camacho, de la Sociedad de San Vicente de Paúl
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