En la Sociedad de San Vicente de Paúl de Los Ángeles (Estados Unidos), a menudo recibimos testimonios sinceros de nuestros miembros, conocidos como vicentinos, que están profundamente comprometidos a servir a los necesitados. Hoy, tenemos el honor de compartir un relato conmovedor de Lynn McCormick, una compañera vicentina, que ofrece su testimonio sobre su experiencia personal con la falta de vivienda a través de su perspectiva creyente.
Testimonio de una vicentina: La llamada a servir
¿Por qué alguien se levantaría antes del amanecer, se abrigaría contra el frío y caminaría por barrios desconocidos? Para Lynn McCormick, una dedicada vicentina, es sencillo: para ver a Jesús.
Lynn participó recientemente en el recuento de personas sin hogar de la ciudad de Long Beach, un evento anual que arroja luz sobre el número de personas sin hogar en la zona. Para Lynn, este pequeño sacrificio es una forma profunda de vivir su vocación vicentina. Como miembro de los Servicios Vicencianos, se compromete a «buscar y encontrar a los olvidados o desamparados para mostrarles amor». Esta misión la impulsa a ir a los lugares más duros, oscuros y, a veces, sucios, sabiendo que, al hacerlo, se encuentra con Nuestro Señor.
Durante el recuento de personas sin hogar, Lynn sintió que el Espíritu Santo la guiaba mientras ella y su equipo «encontraban» a personas que se habían refugiado en casas improvisadas, tiendas de campaña maltrechas o, a veces, simplemente una fina cubierta en el suelo. Ser testigo directo de tanto sufrimiento es desgarrador, pero para Lynn también es una llamada: «un asunto de Dios» y «un asunto vicentino».
Cada año, Lynn participa en este recuento, no por reconocimiento, sino porque quiere conectar con el mayor número posible de personas sin hogar. Su objetivo es ofrecerles esperanza, hacerles saber que no están olvidados, que alguien se preocupa por ellos.
Su equipo, provisto con varias tazas de café, recorrió cuidadosamente la zona que les había sido asignada. Recorrieron todos los callejones, inspeccionaron todos los rincones oscuros e investigaron todos los vehículos en los que parecía que podía haber alguien viviendo dentro. Armados con una aplicación en línea para recopilar datos, también llevaron agua, artículos de aseo y tarjetas de regalo de alimentos para repartir. La gratitud de las personas con las que se encontraron fue abrimadora.
Entre las personas que Lynn conoció había una pareja que vivía en un aparcamiento abandonado, víctimas de la pérdida de empleo a causa de la COVID-19, un hombre amable y gentil que se quedó sin vivienda debido a una discapacidad física, y un veterano de unos 40 años que luchaba contra problemas de drogadicción y salud mental. El encuentro más desgarrador fue el de una mujer sentada en el suelo, envuelta en una manta y con una moneda de cinco centavos en la mano, que rechazó cualquier ayuda y simplemente quería que el equipo se marchara. La documentaron como parte del recuento y le dejaron suministros, con la esperanza de que pudieran reconfortarla.
Estas experiencias confirman lo vital que es la labor de los vicentinos. En opinión de Lynn, la falta de vivienda es la forma más baja de existencia humana. La diferencia que pueden marcar los vicentinos, especialmente para quienes están al borde del desahucio o de la falta de vivienda, es enorme. Es importante que nuestros benefactores sepan que sus donaciones están literalmente salvando vidas.
Para la ciudad, el objetivo del recuento de personas sin hogar es conocer su magnitud y asignar recursos para ayudar. Para Lynn, el objetivo es encontrar a Jesús en los pobres, ofrecerles empatía y devolverles la esperanza. Ser vicentina ha transformado su vida. Cada vicentino desempeña un papel diferente, pero todos comparten la misión de encontrar a Jesús en los pobres. Sucede que Lynn lo hace a las 4 de la mañana, con una taza de café en la mano.
Acerca de los Servicios Vicencianos
Los Servicios Vicencianos de la Sociedad de San Vicente de Paúl están enraizados en las enseñanzas de san Vicente de Paúl, centrándose en servir a los pobres y vulnerables con compasión y dignidad. Los vicentinos son miembros laicos que se dedican a ofrecer ayuda directa a los necesitados, promover la justicia social y fomentar el crecimiento espiritual. Ya sea a través de visitas a domicilio, asistencia alimentaria o participando en iniciativas como el Recuento de personas sin hogar, los vicentinos se esfuerzan por tener un impacto positivo en sus comunidades.
Si la historia de Lynn le ha inspirado, considere unirse a los Servicios Vicencianos en su parroquia o convertirse en voluntario de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Juntos, podemos llevar esperanza y dignidad a quienes más lo necesitan. Para obtener más información y participar, visite Servir con una Conferencia de Caridad (en inglés). Tu compasión puede marcar la diferencia.
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