Giuseppe Toniolo (1845-1918) fue un economista, sociólogo y ferviente católico que desempeñó un papel crucial en la elaboración de la Doctrina Social de la Iglesia, dejando una huella profunda en los movimientos sociales católicos de Italia y Europa en la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX. Su vida y obra se desarrollaron en un contexto sociopolítico marcado por la unificación de Italia, las tensiones sociales derivadas de la industrialización, y la lucha entre las ideas socialistas y capitalistas.
Giuseppe Toniolo nació en Treviso, Italia, en 1845. Se doctoró en jurisprudencia y se convirtió en profesor de economía política. A lo largo de su vida, Toniolo combinó su carrera académica con su compromiso social y religioso, siendo un defensor del pensamiento cristiano en la economía. Se casó con Maria Schiratti, con quien tuvo siete hijos. Murió en 1918, dejando un legado intelectual que sigue siendo influyente en la Doctrina Social de la Iglesia. Fue beatificado en 2012.
Contexto Sociopolítico
Italia vivía profundos cambios tras la unificación nacional (finalizada en 1870), que alteró las relaciones entre la Iglesia y el Estado. Además, Europa enfrentaba la Revolución Industrial, la cual generó grandes desigualdades sociales, y fomentó el surgimiento de ideologías contrarias a la visión cristiana, como el socialismo y el liberalismo económico. La Iglesia, con figuras clave como Toniolo, respondió con propuestas teológicas y sociales.
Aportaciones a la Sociología Económica
Toniolo fue pionero en un enfoque económico basado en la ética cristiana, oponiéndose tanto al socialismo como al capitalismo liberal. Rechazaba la lucha de clases como motor del cambio social, proponiendo en su lugar la cooperación entre las distintas clases, bajo los principios de justicia, caridad y fraternidad. Defendió que la economía debía estar al servicio del bien común, centrada en la dignidad de los trabajadores, y basada en tres pilares: la centralidad de la persona, el principio solidario y el primado de la ética.
Principios fundamentales del pensamiento de Toniolo
- Centralidad de la persona humana: Toniolo veía la economía como un sistema que debía estar al servicio del hombre. Criticaba el reduccionismo del individualismo y el utilitarismo económico propio del liberalismo, proponiendo en su lugar una visión que ponía a la persona humana en el centro, no como un individuo aislado, sino como un ser social inserto en relaciones interpersonales de responsabilidad y libertad.
- Solidaridad y bien común: Uno de los conceptos clave del pensamiento de Toniolo era la solidaridad, entendida como el principio que debía regular las relaciones económicas y sociales. Este principio se expresaba a través de la «correlación solidaria», es decir, la interdependencia entre los miembros de la sociedad, donde las responsabilidades sociales hacia los más débiles eran ineludibles. Toniolo creía que el desarrollo económico debía tener siempre en cuenta el bien común, entendido como la mejora de las condiciones materiales y morales de todos los miembros de la sociedad.
- Economía y moral: Toniolo rechazaba la separación entre economía y ética. La acción económica debía orientarse no solo hacia el beneficio personal, sino también hacia lo «bueno», es decir, hacia lo que es moralmente justo. Esto se manifestaba, por ejemplo, en la defensa de una función social de la propiedad privada y en la promoción de la justicia social mediante políticas que mejoraran las condiciones de los trabajadores.
Toniolo y la acción social
El compromiso de Giuseppe Toniolo se concretó en la promoción de instituciones sociales que encarnaban sus principios. En 1888 fundó la Unión Católica para los Estudios Sociales en Bolonia, con el objetivo de unir el pensamiento científico con la promoción social, demostrando la función social del cristianismo y apoyando la responsabilidad de las clases superiores católicas. Esta institución constituía un espacio para reflexionar sobre cuestiones como la organización del trabajo, la cooperación y la justicia social.
La influencia de Toniolo en el movimiento católico también se manifestó en sus reflexiones sobre la cooperación y el papel de la persona dentro del sistema económico. Fue un ferviente defensor de la empresa cooperativa, una forma de organización económica en la que el capital no era el factor primario, sino la persona, entendida en un sentido relacional.
Toniolo y el pensamiento corporativo
Otro aspecto relevante del pensamiento social de Toniolo fue el corporativismo. Propuso la creación de uniones profesionales que favorecieran la solidaridad entre las clases, superando el individualismo liberal. Estas uniones no solo tenían un propósito económico, sino que también buscaban la cohesión social y la mejora de las condiciones laborales y morales de las clases trabajadoras.
Aportaciones a la Doctrina Social de la Iglesia
Toniolo fue uno de los principales colaboradores en la elaboración de la encíclica Rerum Novarum (1891) del Papa León XIII, documento clave de la Doctrina Social de la Iglesia. En ella se abordaron cuestiones sobre trabajo, propiedad privada y justicia social. Toniolo defendió un sistema económico que respetara la dignidad humana y promoviera el bien común a través de la solidaridad y la subsidiariedad. Contribuyó a la creación de una visión cristiana de la democracia social, oponiéndose tanto al liberalismo como al socialismo.
Participación en el Movimiento de Acción Católica y la Sociedad de San Vicente de Paúl
Toniolo fue una figura destacada en el movimiento de la Acción Católica, que promovía la participación activa de los laicos en la vida social y política desde una perspectiva cristiana. Creía firmemente que los católicos debían involucrarse en la política para garantizar que los valores cristianos guiaran la sociedad. También estuvo vinculado a la Sociedad de San Vicente de Paúl, contribuyendo a su labor caritativa en favor de los más necesitados, una actividad que reflejaba su compromiso con la justicia social.
Actualidad de su Pensamiento
El pensamiento de Toniolo sigue siendo relevante en la actualidad, especialmente en el contexto de las crisis económicas y sociales globales. Su énfasis en la economía moral y su rechazo tanto del individualismo liberal como del colectivismo socialista ofrece una tercera vía centrada en el desarrollo humano integral y la solidaridad. Su legado resuena en documentos contemporáneos de la Iglesia, como la encíclica Caritas in Veritate de Benedicto XVI, que retoma muchas de las ideas de Toniolo sobre la economía al servicio del bien común.
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