“El novio está con nosotros”
1Cor 4, 1-5; Sal 36, 3-5-6.27-28-39-40; Lc 5, 33-39.
Después de la llamada de Levi, vuelven a aparecer los escribas y maestros de la ley. Solemos pensar mal de ellos, pero no podemos olvidar que eran hombres devotos y dedicados a honrar a Dios, que guardaban fielmente la ley judía. En este pasaje aparecen para cuestionar a Jesús sobre el ayuno.
El ayuno requiere abstinencia de comida para expresar lamentación, penitencia, para prepararse para la oración o para pedir el favor del Señor. Sin embargo, en esta ocasión los discípulos no pueden ayunar porque están en un ambiente de boda y la fiesta no ha terminado.
Recordemos que, en tiempos de Jesús, después de la ceremonia de boda, había grandes banquetes con danza y tanta diversión que podía durar varios días. Para la pareja, era la semana más feliz de sus vidas. ¡Era un evento que nadie se debía perder!
Por medio del lenguaje figurado Lucas compara la situación de Jesús con la de un novio, lo que parece reflejar el conocido tema veterotestamentario del matrimonio entre Dios e Israel. Jesús es el esposo y sus los discípulos no ayunan porque ya saben que el Mesías está con ellos. Y tú, ¿eres discípulo de Juan o de Jesús? Si respondes que eres de Jesús, entonces ¿vives en un ambiente de boda?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Antonio G. Escobedo C.M.
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