“¿Vas a guardarme rencor porque yo soy bueno?”
Ez 34, 1-11; Sal 22,1-3a.3b-4.5.6; Mt 20, 1-16.
Aunque no hubiéramos escuchado a Jesús decir que los planes de Dios no son nuestros planes y sus caminos no son los nuestros, bastaría la parábola de hoy, para comprender el desconcertante proceder de Dios. Queda claro que la lógica del Reino es muy distinta a la lógica humana.
Humanamente hablando, la paga esta en relación directa con el trabajo realizado. Si uno trabaja menos horas en el mismo trabajo y con la misma cualificación, deberá cobrar menos o bien quien haya trabajado más se sentirá injustamente tratado. Pues bien, los caminos de Dios van en otra dirección. En realidad, Jesús no niega la justicia, sino que la supera. «¿No te ajuste en un denario? Toma lo tuyo y vete».
Jesús quiere darnos a entender que un seguidor suyo no puede ignorar la justicia, es lo primero, sin embargo nos hace la invitación a ir más allá, para practicar la generosidad, ofreciendo a los demás, no sólo lo que en justicia le corresponde, sino darle lo que necesita para llevar una vida digna. Esta es una bella parábola en la que Jesús nos muestra la generosidad de Dios Padre. Él, nos ha dado a su Hijo y con Él la salvación, no porque la merezcamos, sino porque la necesitamos.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Osvaldo Triana C.M.
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