Representantes del pueblo,
No digáis que os falta la inspiración. […] No ignoramos ni los obstáculos ni las rivalidades, ni las imperfecciones que detienen cada proyecto y que eternizan los debates. Pero nunca hemos visto que los grandes poderes fueran instituidos por circunstancias fáciles; consideramos que las rivalidades de amor propio deben borrarse ante la necesidad pública y que, finalmente, más vale hacer de forma imperfecta, que no hacer nada.
Federico Ozanam, «Aux gens de bien» [A las gentes de bien], en L’Ère Nouvelle, nº 151, del 15 de septiembre de 1848.
Reflexión:
- El texto de hoy es continuación del de la semana pasada. Ambos se publicaron en el artículo “Aux gens de bien” [A las gentes de bien] apareció en el periódico L’Ere Nouvelle pocos meses después de la insurrección de Junio en Francia. En él, ante la devastadora realidad de pobreza que azota París en particular y Francia en general, Federico se dirige a varios estamentos (a los ricos, a los sacerdotes, a los políticos) solicitándoles que hagan algo para solucionar la cuestión social.
- Ayer y hoy, la inmensa mayoría de las personas desea que los miembros de las clases dirigentes sean, ante todo, gestores honrados y eficientes, que encuentren soluciones a los problemas reales del pueblo, pues para eso fueron elegidos. Desgraciadamente, la realidad nos muestra que, en no pocos casos, los políticos dedican una importante parte de su tiempo a los debates infructuosos entre ellos y a asentarse (a ellos o a su partido) en el poder. La corrupción y la búsqueda del propio bienestar son problemas que vemos claramente en muchos estamentos sociales, uno de ellos el político.
- Ejercer cargos políticos no es tarea fácil, como reconoce Ozanam. Pero lo mínimo que se puede pedir a quien desee —y se vea capacitado— ejercer estas funciones es que lo haga con honestidad. Federico defendió la democracia basada en los valores cristianos, con dirigentes de moral que fuesen capaces de ofrecer soluciones a las situaciones de miseria e injusticia que sufrían obreros y menesterosos. Eso es también lo que deseamos nosotros, más de siglo y medio después, para los que ejercen estas funciones.
- No hacer nada ante los problemas sociales supone el mayor fracaso para un político, porque no han sido elegidos para discutir y enfrentarse entre ellos, sino para solucionar los problemas. Así, leyendo este párrafo de Ozanam, en particular la frase «más vale hacer de forma imperfecta, que no hacer nada», nos preguntamos si realmente las clases dirigentes lo están haciendo; en general, podríamos decir lo mismo de cualquier persona que ejerce un cargo de responsabilidad, sea o no político, en cualquier ámbito social…. también dentro de nuestra Familia Vicenciana.
Cuestiones para el diálogo:
- ¿Cómo reaccionamos ante los obstáculos que, en ocasiones, pueden llegar a abrumarnos?
- ¿Dejamos que nuestras fricciones personales, nuestras «rivalidades», como dice Federico, afecten a nuestro servicio a los empobrecidos?
- Federico dice en este texto: «más vale hacer de forma imperfecta, que no hacer nada». ¿Estoy de acuerdo? ¿Lo llevamos a la práctica?
Javier F. Chento
@javierchento
JavierChento
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