«Alimentar a los 40203» [referencia al código postal del área]. La Despensa de Alimentos de la Sociedad de San Vicente de Paúl en Louisville ha hecho realidad ese lema desde julio de 2014. Dentro de Dentro de este espacio hay muchas personas —madres solteras, adolescentes, niños, veteranos y ancianos— que dependen de nosotros para ayudar a poner comida en la mesa cada mes.
«Esta obra ayuda mucho. Es maravilloso. Sin esto, mi hija y yo no llegaríamos a fin de mes», dice James, que va en bicicleta a la Despensa de Alimentos desde su cercana residencia de viviendas sociales. «Estoy agradecido por todo lo que hacéis por nosotros. Contamos con vosotros a final de mes. El precio de los alimentos ha subido… Los cupones de alimentos que recibimos no lo cubren todo».
Este mes, la Despensa de Alimentos, gestionada al 100% por voluntarios, cumple 10 años. La relación entre nuestros voluntarios de toda la vida y los clientes es inmejorable.
«Acabo de agotar todos mis cupones de alimentos. Literalmente, esta es la única comida que tengo ahora mismo —dice Susan, que viene a la Despensa de Alimentos con su madre—. Siempre es increíble. La forma de ser de la gente. Todo el mundo está siempre tan contento. He estado en otros sitios donde los voluntarios casi parecen enfadados por estar allí siquiera para ayudarte… No sólo eso, éste es el único sitio que conozco que tiene una mesa donde dejas lo que no vas a usar… la gente coge sus bolsas y empieza a intercambiar».
La nueva voluntaria Ruby Sekhon se hace eco de ese sentimiento. Quería servir a la comunidad tras su jubilación en 2021, y ha encontrado un hogar aquí en la SSVP gracias a la camaradería de voluntarios y clientes.
«No conseguirás apartarme de este lugar. La vitalidad que me da este lugar, se me pone la piel de gallina sólo de pensarlo. Veo el mismo espíritu en todos los voluntarios —afirma Sekhon—. Aquí hay mucha energía positiva. Me siento humilde ante su devoción y dedicación al servicio durante tantos años. Recibo más ayuda de aquí de la que ayudo a los demás. Si tienes un propósito más grande que tú mismo, es muy gratificante».
En la última década, la Despensa de Alimentos ha entregado víveres a más de 51.000 hogares (ver infografía).
«Estoy impresionada por la fruta y verdura fresca que se ofrece —afirma Susan Kinny, que empezó a trabajar como voluntaria durante la pandemia—. Quiero que nuestra comunidad esté sana. La alimentación afecta a muchas otras áreas de nuestras vidas».
Todos los martes y jueves, los usuarios reciben productos frescos, carne congelada, aves de corral, pescado y alimentos básicos de despensa. Deben vivir en el código postal 40203 o residir actualmente en el campus.
Ernest, un veterano de 72 años que vive en Waypoint, utiliza la despensa de alimentos. Él es uno de los casi 500 veteranos que recibieron comestibles de la Despensa de Alimentos de enero a mayo de 2024.
Ginger y Kevin, vecinos de Old Louisville, acuden a la despensa de alimentos desde hace un año.
«Ayuda mucho, especialmente a fin de mes. La carne está muy cara. Cuesta 25 dólares al día alimentar a una familia de cuatro personas —dijo Ginger—. Los artículos de higiene personal, como detergente para platos y ropa, también son útiles».
«La comida es buena. Los voluntarios son maravillosos», añadió Kevin.
«Es un lugar muy acogedor y la gente aprecia mucho lo que hay aquí», dijo Paulette Roberson, que trabaja en la ventanilla de la despensa de alimentos.
El voluntario Jim Thomas, miembro de la Conferencia vicentina de San Alberto Magno, ha prestado sus servicios desde que comenzó a funcionar la Despensa de Alimentos.
«Disfruto mucho. Es muy gratificante y he conocido amigos que supongo serán amigos para toda la vida, al igual que los otros voluntarios —dijo Thomas—. Tiene que ser una gran ayuda venir aquí… A veces, cuando los usuarios salen de aquí, no pueden cargar con todo porque llevan mucho».
Los clientes reciben alimentos por valor de unos 50 dólares, y a menudo se marchan con cuatro o más bolsas llenas de comida. Aun así, no siempre es suficiente.
«Los perjudicados son los hogares con ingresos medios o bajos. Nosotros, como voluntarios, aportamos dinero y nuestro tiempo a este lugar, y es triste ver cómo aumentan las necesidades», afirma Joe Marini, un veterano voluntario que ha recogido regularmente pan de tiendas de comestibles o restaurantes para mantener abastecida la Despensa de Alimentos.
Aunque la comida es una necesidad básica, no todo el mundo tiene acceso regular a ella:
- En el área metropolitana de Louisville, casi uno de cada ocho hogares sufre inseguridad alimentaria.
- Según el USDA (Departamento de Agricultura estadounidense), la tasa de inseguridad alimentaria aumentó del 10% en 2021 a casi el 13% en 2022. Es el mayor aumento de la tasa desde la Gran Recesión. Los precios de los comestibles son ahora un 25% más caros que en enero de 2020.
- El estudio «Map the Meal Gap» [Mapeo de la brecha alimentaria] de Feeding America muestra que casi 102.000 personas sufren de inseguridad alimentaria en el condado de Jefferson, incluido uno de cada cinco niños.
- Durante casi una década, LaTiya ha vivido con sus tres hijos en los East Family Apartments en nuestro campus de Shelby Park. «Le quita mucha presión a mi familia y a mucha gente de la comunidad por la comida y el detergente que recibes —dice LaTiya—. Ayuda a llegar a fin de mes para que no sea una gran batalla».
Este programa se financia con donaciones en especie de alimentos y donaciones de particulares, conferencias de la Sociedad de San Vicente de Paúl y empresas.
Si desea más información sobre donaciones o voluntariado en la despensa de alimentos, visite www.svdplou.org/donate-now/.
Tony Nochim
Fuente: https://www.svdplou.org/
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