Jesús es Dios-con-nosotros, lo que quiere decir que él es Amor-con-nosotros. Encarna él los ideales que tenemos sobre el amor.
Dice Jesús que el pan que dará por la vida del Mundo es su carne. Al oirlo, los judíos que se le oponen se preguntan: «¿Cómo puede este darnos a comer su carne?». Y la respuesta da él parece dar a entender que su enseñar no es cuestión de ideas o ideales; se trata de hechos o realidades. Pues insiste él: «Mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida».
Se ve en los parientes de Jesús y en los escribas parecida incredulidad. Pues los primeros no captan cómo puede él dejarse asediar por tanta gente que no puede comer. Y los últimos no captan cómo puede expulsar a los demonios.
Es decir, los unos y los otros no pueden reconciliar las curaciones que hace él con su condición humana. Pues no saben que lo imposible para nosotros nos puede ser posible por la gracia de Dios. Así pues, sus parientes concluyen que él está loco. Y los escribas, los teólogos, explican que él expulsa a los demonios por el poder del jefe de los demonios. Pero no son del todo lógicos esos teólogos.
Mas, sí, por la gracia de Dios, la utopía es la realidad y los ideales son hechos. Por el amor de Dios hecho carne, se cumplen en medio de nosotros los ideales que tenemos sobre el amor. Pues el que es Amor-con-nosotros se entrega por completo a hacer el bien. Y a hacer del mundo y de la vida una búsqueda continua de servicio y de fraternidad.
No, no se conforma él no más con la «equivalencia»; va más allá de do ut des, de «te doy para que me des». Y generoso de modo escandaloso, ama él hasta el fin, hasta entregar su cuerpo y derramar su sangre.
Señor Jesús, ayúdanos a ver cómo es sabiduría delante Dios lo que para los hombres no es más que locura y bajeza (SV.ES XI:53). Haz que se cumplan en nuestra vida los ideales que nos vienen mientras te escuchamos. Sabremos así dónde estamos y creeremos y, por lo tanto, hablaremos.
9 Junio 2024
10º Domingo de T.O. (B)
Gén 3, 9-15; 2 Cor 4, 13 – 5, 1; Mc 3, 20-35
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