Todo comenzó en Galilea.
Como cristianos, estamos arraigados en la vida de Jesús resucitado.
Todo empezó en Folleville.
Estamos cimentados en la visión espiritual de San Vicente de Paúl.
Todo empezó en Madrid.
Estamos enraizados en un movimiento misionero laico.
Esto es lo que el P. Memo Campuzano, CM, compartió en la conclusión de la Asamblea Extraordinaria Internacional de MISEVI, mientras nos animaba hacia el futuro. El ministerio de Jesús tiene sus raíces en la región más pobre: Galilea y sus pueblos de Belén y Nazaret. San Vicente de Paúl se dio cuenta de lo crítico que fue el año 1617 para el nacimiento de su misión entre los que vivían en los márgenes. Y el espíritu de los jóvenes misioneros de las Juventudes Marianas Vicencianas de España llevó al nacimiento de MISEVI, Misioneros Seglares Vicentinos. Es vital recordar nuestras raíces. Es vital alimentarnos de aquello que nos fundamenta. Es vital saber de dónde venimos para poder saber hacia dónde vamos.
Este fue el espíritu de nuestra Asamblea Extraordinaria del 10 al 13 de abril de 2024, en el Centro Pinares de Bogotá, Colombia. Algunas palabras que vienen a la mente para describir nuestra experiencia de la asamblea: vivificante, desafiante, comprometida, hospitalaria, sorprendente, interesante, satisfactoria, energizante, necesaria, sanadora, desordenada, fiel, providencial, alegre, orante, sinodal. Cada día comenzaba con una oración que nos acompañaba a lo largo de la jornada y que recordábamos al celebrar la Eucaristía al final del día. Cada día proporcionó información que permitió a todos los participantes compartir en pequeños grupos lo que habían escuchado. Cada día nos acercó más, incluso en el desorden de las diferentes perspectivas, diferentes formas de entender y muchas culturas diferentes. Y hubo muchas celebraciones, desde un café de bienvenida ofrecido por MISEVI Colombia hasta una noche de integración cultural, pasando por un increíble espectáculo de jóvenes que interpretaron danzas tradicionales y modernas de Colombia.
Cincuenta personas representaron a trece países en el evento. Los participantes fueron inspirados por el Papa Francisco con sus palabras de esperanza, desafiados por el tema «Vino Nuevo, Odres Nuevos,» alentados por las presentaciones de la Hna. Aceneth HC, el P. Edison CM, Fernando Chacón, y el P. Memo Campuzano CM (sobre la Iglesia sinodal, el efecto multiplicador de la misión, y las tareas para el futuro de MISEVI), e impulsados a realizar las muchas líneas de acción indicadas por el grupo que se reunió.
Se eligió un nuevo Equipo Coordinador Internacional: Gina Paredes (Presidenta) de República Dominicana; Marek Kunštár (Vicepresidente) de Eslovaquia; Martha Marín (Secretaria) de Colombia; Juan Carlos Arroyo Granadillo (Tesorero) de Venezuela; y Roberto Lagos Lima (Representante) de México.
Algunas de las líneas de acción a realizar son:
- Tener clara y precisa la estructura e identidad de MISEVI Internacional, siendo lo más importante la renovación de los Estatutos.
- Continuar el diálogo con los miembros de la Familia Vicenciana sobre el proceso vocacional de ser discípulos misioneros laicos.
- Asegurar y fortalecer el proceso de formación espiritual a través del apoyo de Asesores Espirituales, la oración y el compromiso con el carisma vicenciano.
- Establecer el nuevo secretariado de MISEVI Internacional según lo aprobado por la Asamblea.
- Confirmar las identidades de las Asociaciones Nacionales MISEVI y alentar la expansión de nuevas Asociaciones Nacionales a través de la escucha como Iglesia sinodal.
San Vicente De Paúl habló de nuestros corazones jóvenes,
«Te deseo un corazón joven y un amor en su primera floración por Aquel que nos ama sin cesar y tan tiernamente como si acabara de empezar a amarnos. Porque todos los placeres de Dios son siempre nuevos y llenos de variedad, aunque Él nunca cambia.”
MISEVI Internacional tiene fuertes raíces y continuará creciendo como un miembro más joven de la Familia Vicenciana. Hacemos nuestras las inspiradoras palabras del Papa Francisco, que fueron compartidas en la Asamblea:
«Un solo individuo es suficiente para que exista la esperanza, y ese individuo puedes ser tú. Y luego habrá otro «tú», y otro «tú», y se convierte en un «nosotros». Y entonces, ¿la esperanza comienza cuando tenemos un «nosotros»? No, la esperanza comenzó con un «tú». Cuando hay un «nosotros», empieza una revolución».
Que seamos los corazones jóvenes de los que habló Vicente y el «nosotros» que el Papa Francisco nos desafía a ser.
Mary Frances Jaster
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