Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios.  Creer en él quiere decir saber leer, captar, sus muchos signos en medio de nosotros.

Al leer en la conclusión del evangelio de hoy:  «Muchos otros signos … hizo Jesús», podemos suponer que su resurrección es uno de esos signos.

Y leer el signo de su resurrección, el mayor de todos, quiere decir captar esta verdad: el que ha resucitado no puede sino llevar las marcas de las heridas en sus manos y en su costado. También el signo de su resurrección indica la paz. Es decir, hemos de leer en el saludo de paz del que ha resucitado la compasión grande que él nos muestra. Pues nos perdona a los que no somos fieles a él una y otra vez. A los que nos huimos de él y lo negamos y lo dejamos cuando más nos quiere junto a él.

Además, al ponerse en medio de nosotros, él busca ser nuestra luz y nuestro valor en las noches de tinieblas. Y mientras exala él sobre nosotros el Espíritu Santo, hace brotar la nueva creación. La nueva vida de paz y perdón.

Y, sí, hay muchos otros signos en medio de nosotros que hay que saber leer y captar. Es por eso que, al igual que san Vicente, hemos de mantener los ojos abiertos. No hemos de cejar de orar y preguntar qué haría nuestro Señor si estuviera en nuestro lugar (SV.ES XI:240).

Leer sus signos quiere decir también salir y buscar a sus más pequeños hermanos y hermanas. Después de todo, nos envía él. Y las heridas de ellos son de él también. Por lo tanto, hemos de acoger a los forasteros, inmigrantes. Y, al respecto de estos, quedarnos con los ojos abiertos es ver que la mayoría de ellos no son traficantes del sexo ni de fentanyl. No envenenan ellos la sangre de los Estados Unidos, más bien, la renueva.

Señor Jesús, ayúdanos a leer los signos que haces hoy en medio de nosotros, para que acojamos a los que llevan heridas como las tuyas. Haz que captemos que los que compartimos tu Cena no podemos dejar a los que no tienen pasar hambre ni los hemos de humillar sin delatarnos no capaces de discernir tu Cuerpo. Y haz de nuestra comunión, de nuestra compartición de bienes, de las buenas obras que logramos cumplir, por tu gracia, signos que ayuden a los demás a creer en ti, si bien nosotros y ellos no te vemos a ti, sino vemos no más tus signos, para que así venzamos al mundo de egoísmo y codicia.

7 Abril 2024
2º Domingo de Pascua (B)
Hech 4, 32-35; 1 Jn 5, 1-6; Jn 20, 19-31