«Un medio para hacer (un servicio) como Dios quiere, es hacerlo con caridad, hijas mías. ¡La caridad hará excelente vuestro servicio! Pero, ¿sabéis lo que es hacerlo con caridad? Es hacerlo en Dios, porque Dios es caridad, es hacerlo puramente por Dios; es hacerlo en gracia de Dios» (SVP ES IX, 238).
Vicente de Paúl
Reflexión:
- Que el sr. Vicente fue un buen pájaro no seré yo quien lo descubra.”Pájaro” en busca de su propio beneficio (bien que para beneficiar a los suyos) hasta 1617 y “pájaro” en beneficio de los demás (hasta su muerte). Un proceso más largo del que puede parecernos y que se hace visible (que no terminado) en Folleville y Chatillon. Una serie de pasos que, iniciados en Dax (“Hágase mi voluntad”), comienzan a dar sus frutos en París (“Hágase tu voluntad”). Varias veces dirá, ante los múltiples obstáculos que le exponen sus críticos, una frase que resume su conversión: “la obra permanecerá si es la voluntad de Dios”.
- La simple y atenta lectura de la obra literaria de cualquier insigne personaje (eclesial o civil) nos lleva a descubrir el marco de su actuación, el universo intelectual de su persona. Y este marco es lo que señala su originalidad. Y, posiblemente, ocurre también con cada cultura, con cada época… El sr. Vicente acaba señalando con toda nitidez el marco del Dios en el que cree y actúa: “Dios es caridad”.
- Porque, como a toda persona coherente, la creencia no se queda en mera especulación que se encierra entre cuatro paredes, sino que se despliega a la sociedad. Y aquí muestra el sr. Vicente una nueva intuición, una nueva motivación en el quehacer que le hace tremendamente actual: debemos hacer las cosas “por Dios”.
- Añade una segunda cara a la moneda que, ni la perfecciona ni la mejora, sino que es, simplemente, parte integrante de la misma: “hacer las cosas por Dios-hacer las cosas por amor”. Se trata de “hacer” pero, al mismo tiempo, “hacer desde una perspectiva” que nace de Dios y, a través del pobre, nos lleva de nuevo a Él. Y es el pobre el que rompe el círculo vicioso, por cuanto cada uno de ellos es diferente y cada época nos muestra rostros nuevos de la pobreza.
Cuestiones para el diálogo:
- ¿Hacemos propia la intuición del sr. Vicente respecto a la dinámica hacer por Dios-hacer por amor?
- ¿Reflejan nuestras obras el rostro de un Dios caritativo?
- ¿Estamos junto con los pobres y nos dejamos influenciar por ellos?
- ¿Hemos detectado los nuevos rostros de la pobreza?
Mitxel Olabuenaga, C.M.
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