“Levántate, brilla, que llega tu luz; la gloria del Señor amanece sobre ti”
Is 60, 1-5; Sal 71; Ef 3, 2-3. 5-6; Mt 2, 1-12.
Hoy, cada uno de nosotros desde sus tradiciones experimenta la alegría de la visita de los “Reyes Magos”, en especial si hay niños en casa. Pero la tradición de la Iglesia tiene una intención más profunda; como sabemos, Epifanía significa Manifestación, el hecho de que Dios enviara a su Hijo único no podía ser una noticia solo para los del pueblo y alrededores, los Magos nos recuerdan que Dios envió a Jesús para salvación de todos los hombres y mujeres que quieran recibirlo en su corazón y ofrezcan sus tesoros más preciados.
El evangelio habla de los tesoros de los Magos y los resume en tres (que representan a todos) de lo más valiosos en aquellos tiempos.
Al aterrizar en nuestra vida este acontecimiento de salvación y viendo el ofrecimiento y adoración de los magos nos preguntamos: ¿Qué caminos
estoy dispuesto a recorrer para encontrarme con Jesús?, ¿qué dones soy capaz de ofrecer como gesto de adoración diaria a Dios? ¿Qué aprendo de ellos?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Norma Leticia Cortés Cázares, Medalla Milagrosa de Monterrey.
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