“No temas, Zacarías, porque tu ruego ha sido escuchado”
Jue 13, 2-7. 24-25; Sal 70; Lc 1, 5-25.
En la lectura del evangelio de hoy un ángel le dice a Zacarías: “Tu ruego ha sido escuchado, tu mujer Isabel te dará un hijo”. La respuesta de Zacarías fue la duda: “¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo y mi mujer es de edad avanzada”. ¿Se habría imaginado Zacarías para qué lo estaba preparando Dios? Los dos esposos eran justos ante Dios, caminaban según los mandamientos y leyes del Señor. ¿Qué le pide Dios a cambio? Solo confiar, creer.
Me identifico con Zacarías porque pareciera que necesito tenerlo todo seguro. Ojalá mi respuesta fuera como la de la Virgen María: “Hágase en mí según tu Palabra”, que es como decir: No sé cómo sucederá, pero creo que tú, mi Dios, puedes hacerlo.
Así es Dios, sin que hable, sin que resuene su voz, sucedió un día. Yo viví 9 años pidiendo por mi salud, por mi vida, por mis hijos (tenía 2 niños). ¡Y Dios me escuchó! Un día, en un Congreso con el Padre Tardif, sentí que me dijo: He escuchado tu ruego. Sin la menor duda sabía que Dios me había sanado. Tuve 16 años de completa salud. El miedo a que volviera la enfermedad y la duda, seguían en mí. Sigo luchando, esperando, confiando y orando.
“Creo Dios mío, pero aumenta mi fe”.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Grupo de fieles laicos de la Rectoría La Sagrada Familia, Chihuahua, México.
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