Los Fundadores inculcaron a las Hijas de la Caridad el amor y la imitación de la Virgen, y las invitan a contemplar en ella a:
- la Inmaculada, totalmente abierta al Espíritu, señalada por san Vicente, después de Jesús, como ejemplo perfecto de los que «escuchan la Palabra y la guardan»;
- la Sierva, humilde y fiel, de los designios del Padre, modelo de los corazones pobres;
- la Madre de Dios, Madre de misericordia y esperanza de los pequeños, íntimamente unida a su Hijo, a Quien conduce a los que confían en ella; Madre de la Iglesia y única Madre de la Compañía: santa Luisa le consagró la Comunidad naciente, que quiso poner para siempre bajo su protección. (C. 15b)
Fuente: https://www.filles-de-la-charite.org/
0 comentarios