EL ADVIENTO AUMENTA NUESTRA ESPERANZA, UNA ESPERANZA QUE NO DECEPCIONA. EL SEÑOR NUNCA NOS ABANDONA.

PAPA FRANCISCO

El mes que precede a la Navidad es un tiempo especial para los católicos. Es el primer mes del año litúrgico.

Lo llamamos Tiempo de Adviento, que significa «la venida». Cristo llega entre nosotros, nacido de María. Volverá con gloria al final de los tiempos para llevar a su plenitud del Reino de Dios. Él viene a nosotros todos los días, si queremos verlo. Nos resulta difícil vivir en el presente, quizás porque se convierte tan rápidamente en pasado. Vivir plenamente en la realidad de hoy no es fácil. Nuestras mentes tienden a quedarse en el pasado o esconderse en el futuro. Pensar en nuestros ayeres mal recordados y en nuestros mañanas imaginarios nos distrae del aquí y ahora.

Este tiempo de Adviento «mezcla memoria y deseo». Esperamos la celebración anual del nacimiento de Jesús, recordando lo que ocurrió hace dos milenios. Nuestra espera del nacimiento de Cristo nos vincula de alguna manera con aquellos que esperaron largo tiempo ese día y lo perdieron cuando sucedió. Y nos recuerda que esperamos que Cristo venga de nuevo y nos eleve a nosotros y a toda la creación a su Reino. Sin embargo, Él también viene a nosotros hoy, si tan sólo nos diéramos cuenta. Que este tiempo de Adviento sea una oportunidad para hacer una pausa y dedicar tiempo a la reflexión. Reflexiona sobre la época del año y sobre el año que ha pasado tan deprisa.

De: Firewood for the soul, vol. 2, A Reflexion Book for the Whole Vincentian Family
Sociedad San Vicente de Paúl, Queensland, Australia.
Texto de: Samantha Hill.