El Comité de Organizaciones no gubernamentales de carácter confesional en las Naciones Unidas (CRNGO) es una coalición de representantes de organizaciones no gubernamentales religiosas, espirituales y éticas dedicadas a la búsqueda de la paz, el entendimiento y el respeto mutuo.
El Movimiento Internacional de la Familia Vicenciana une nuestra voz a la suya en nuestra petición urgente por la paz en el Medio Oriente. Nos unimos al papa Francisco en un urgente llamado para que se ponga fin a la violencia que nunca podrá traer la paz.
Expresamos nuestra profunda preocupación al ser testigos de la escalada de violencia entre Israel y Hamas. El atroz ataque de Hamas el 7 de octubre causó la muerte de 1,400 ciudadanos israelíes y la toma de más de 200 cautivos por parte de Hamas. La ONU informa que 5,087 palestinos han sido asesinados, 15,273 han resultado heridos y más de 600,000 han sido desplazados internamente debido a los bombardeos de Israel sobre la Franja de Gaza. La ONU también informa que 35 miembros de su personal han muerto en los bombardeos. Se ha producido una destrucción masiva de infraestructuras civiles, incluyendo viviendas, hospitales y clínicas médicas, escuelas y lugares de culto.
Que la paz penetre en los corazones de aquellos que perpetúan la violencia, y que pronto se logre un alto el fuego.
Estamos dispuestos, como siempre, a colaborar con la ONU y sus agencias y departamentos, con otros miembros de la sociedad civil y con los representantes de la comunidad internacional, para asistir y ayudar a poner fin a la violencia, a proteger y preservar la vida, y a llograr una paz justa para todos.
La entrega de ayuda humanitaria inicial en forma de suministros médicos y alimentos es un hecho positivo, pero se necesita mucho más, incluyendo combustible para alimentar los generadores que hacen funcionar las bombas de agua, hospitales y panaderías. La ONU calcula que solo se está entregando el 4% de la ayuda previa a la crisis. Especialmente alarmante es el corte de las conexiones vitales de Gaza: electricidad, agua, combustible, suministros médicos y alimentos para las personas que allí viven. Los bombardeos contra los palestinos de Gaza y el corte de sus suministros vitales, junto con el ataque de Hamas a los israelíes el 7 de octubre de 2023 y la toma de rehenes civiles, son graves violaciones del derecho internacional. Condenamos inequívocamente ambos actos.
Nuestra coalición reconoce la complejidad de este conflicto y se une a muchas voces de fe para pedir a gobiernos, organismos internacionales, líderes religiosos de todas las religiones y organizaciones de la sociedad civil que se trabaje por lograr un cese inmediato de la violencia y el inicio de una nueva ronda de negociaciones de paz.
La violencia y la guerra no resuelven los conflictos subyacentes. La mayoría de las víctimas —casi el 80%— acaban siendo civiles, incluidas familias, ancianos, mujeres y niños, que son especialmente vulnerables. En Israel y Palestina, y en todas las áreas del mundo donde hay violencia y guerra activas, instamos a todas las partes involucradas a buscar sincera y activamente soluciones sostenibles y justas para conflictos aparentemente insolubles, y a salvaguardar la seguridad y la protección de todos los habitantes.
Reconocemos la importancia histórica y religiosa de esta región para musulmanes, cristianos y judíos, seguidores de las tradiciones de fe abrahámicas, y la complejidad de su historia. Instamos a los grupos y líderes religiosos a que adopten una posición firme en favor de la paz y tomen medidas concretas para detener la propagación de la violencia.
Hoy día, la violencia entre Estados y dentro de los Estados inflige un sufrimiento masivo, que se traduce en casi 15 millones de refugiados y desplazados solo en el Medio Oriente y el Norte de África. Hoy nuestros corazones están con todas las víctimas, y tenemos en nuestros pensamientos y oraciones a los inocentes que han sido asesinados. Nos solidarizamos constante y compasivamente con las víctimas y los supervivientes de la violencia.
Recordamos a nuestros miembros, socios y simpatizantes en todo el mundo que la violencia no es inevitable. Es una elección. Puede prevenirse. Puede detenerse. Cada uno de nosotros tiene un papel que desempeñar para alzar la voz e interrumpir su propagación. También debemos trabajar para aumentar la paz en nuestras propias vidas y prácticas cotidianas.
Fuente: https://crngo.org/news
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