En estos días en que estamos ofreciendo la novena a la Santísima Virgen María, bajo la advocación de la Medalla Milagrosa, me he sentido llamado a escribir este poema en honor a ella. En él cuenta parte del acontecimiento de las apariciones a santa Catalina Labouré. Además, tener un encuentro personal con nuestra santa Madre, pues es una oración.
P. Marvin Robles Gamboa CM
Medalla Milagrosa
Milagrosa te llaman tus hijos,
por tu ternura de madre,
te piden que los ampares,
de todos los peligros.
Elegiste una pequeña,
para que ella te viera,
y con humildad comprendiera
lo que tú le dijeras.
Inmaculada como siempre,
así te presentaste,
a Santa Catalina Labouré,
a ella te mostraste.
Le mostraste tus manos,
con rayos hacia la tierra,
para con ellos ayudarnos
a ganar nuestra guerra.
La Medalla nos trajiste,
oh Virgen santa y bella,
y con corona de estrellas,
al mundo nos la diste.
El mundo en tus manos,
el mundo a tus pies,
y con ellas abrazándonos
apareciste, una y otra vez.
Virgen madre nuestra,
dadnos las gracias que nos traes,
que cuando lleguen nuestras cuestas,
les ayuden a los que caen.
Que al mirar oh Madre bella,
la dulzura que inspiras,
en nosotros brote aquella
humildad que nos anima.
Madre milagrosa, no nos desampares,
que un día como Santa Catalina,
tus brazos nos abracen,
y así disfrutemos, el día que no termina.
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