“El Señor es mi pastor, nada me faltará”
Is 61, 1-3; Sal 22; Jn 10, 11-16.
Dijo San Vicente de Paul: “Pensemos un poco en la necesidad que tenemos de misericordia, nosotros que debemos ejercitarla con los demás y llevar esa misericordia a toda clase de lugares, sufriéndolo todo por misericordia” (SVP XI, 234).
Rafael Guízar nació el 26 de abril de 1878 en Cotija de la Paz (Michoacán). Estudió en la escuela parroquial y en un colegio jesuita, en los alrededores de Cotija.
Ingresó al Seminario de la Diócesis de Zamora en el año 1894 y recibió la Ordenación sacerdotal a la edad de 23 años.
Apenas ordenado sacerdote, comenzó a acompañar en sus visitas pastorales al Sr. Obispo de Zamora; aprendiendo, sin duda alguna, a convertir en misión cada visita pastoral.
Tuvo la encomienda de ser el director espiritual del Seminario de Zamora, donde pudo desarrollar una amplia actividad misionera, en la que involucraba a los alumnos del seminario.
Fue nombrado 5° obispo de Veracruz el 30 de noviembre de 1919, cuando estaba desterrado en Cuba, a causa de conflictos bélicos en México.
Obispo y misionero incansable.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Arturo García Fonseca C.M.
0 comentarios