Guatemala, la de la primavera eterna,
la que siembra semillas en la aurora,
y en su mano sostiene la linterna,
sufriendo dolores de parto a esta hora.
La que está por dar a luz la libertad,
la que viste su criatura de dignidad,
la que sueña claro en plena oscuridad,
la que rompe cadenas de maldad.
Nunca más la someterán y callará,
por sangre de inocentes clamará,
el saqueo de su tierra denunciará,
por sus niños nunca se silenciará.
Son muchos los años de exclusión,
al pueblo le dieron a comer cascajos,
cada gobierno hizo lo suyo en explotación,
le abandonaron vistiendo puros andrajos.
Los hijos de la tierra se hicieron migrantes,
al norte se fueron pobres y mojados,
en el cuerpo como serviles denigrantes,
por sus yugos ocultos son arrastrados.
Dólares ganados a sangre y sudores,
desterrados de la madre patria de luz,
pies en desierto al sol sus ardores,
es el camino de éxodo, pesada cruz.
El pueblo se une por otro destino,
se encara al saqueo y corrupción,
ya no le arrebatarán el sabor a vino,
en el sufragio ha tomado la decisión.
No puede quedarse de brazos cruzados,
es hora de tomar valiente la historia,
arrastrando a hombros fardos pesados,
los antepasados le devuelven la memoria.
Ante los recursos que le han hurtado,
la dignidad se recupera como nación,
como hermanos nos hemos encontrado,
en las urnas y calles se vierte convicción.
Nos han quitado del alma el terror,
después de aquellos años de horror,
cuando nos desaparecieron con dolor,
hemos resucitado con enérgico valor.
Nos engañaron con falsas promesas,
robaron la tierra, dejándonos maleza,
dormidos, atenidos a las remesas,
ellos con lo nuestro cunden en riqueza.
Nunca más seremos vencidos,
está por llegar la primavera,
ya no seremos sometidos,
vamos a florecer como veranera.
Guatemala, brisa que acaricia,
montañas altivas, jardines en flor,
selvas esmeraldas es tu delicia,
lagos turquesa, canción y color.
Tus solares, columnas de maíz,
trinar de pájaros en tierna melodía,
brotan los suspiros desde la raíz,
versos que inspiran nuestro día.
Nidos de orquídeas en tus linderos,
juego de nubes rosa en el cielo,
alfombras de luz son tus senderos,
tu quetzal danza en sutil vuelo.
La primavera estaba guardada,
el tesoro de nuestras entrañas,
nadie nos roba la alborada,
salimos de cuevas y marañas.
El pueblo canta en las calles,
recuperamos la esperanza,
la danza viene de los valles,
hemos luchado con confianza.
Demos fin a esta agonía,
nuestros opresores no quieren ver,
nos invade el rostro de alegría,
antes bajo sus pies, no lo pueden creer.
La fe nunca perdimos,
en la noche más oscura,
por un tiempo nos dormimos,
casi nos devora la amargura.
Estaba escondida la primavera,
salimos del abismo que nos destierra,
este es nuestro ciclo, nuestra era,
nadie nos arrebata la madre tierra.
Sor Floridalia Noguera. H.C.,
Guatemala.
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