- Felices los llamados a seguir a Jesucristo, evangelizador de los pobres, porque, revestidos de su espíritu, anunciarán su mensaje y continuarán su obra de amor.
- Felices los que no pierden el sentido de la presencia de Dios y confían en su Providencia, porque, en el discernimiento de cada día, descubrirán y cumplirán su voluntad.
- Felices los que se dedican a evangelizar y servir a los pobres, con palabras y obras, porque harán germinar las semillas del Reino en el terreno de la historia.
- Felices los que trabajan para formar a los clérigos y los laicos, despertando en ellos el anhelo de la santidad y la pasión misionera, porque ayudarán a la Iglesia a realizar su misión.
- Felices los que se esfuerzan en mantener la armonía entre contemplación y acción, porque vivirán con autenticidad y entusiasmo la vocación que recibieron.
- Felices los sencillos, porque, amando a la verdad, serán íntegros y transparentes en su vivir, hablar y actuar.
- Felices los humildes, porque, reconociendo que todo bien viene de Dios, no se buscarán a sí mismos y aprenderán a ser siempre más generosos y disponibles.
- Felices los mansos, porque, cultivando la serenidad y la constancia, moderarán sus impulsos, tratarán a todos con cordialidad y se dispondrán a perdonar.
- Felices los mortificados, porque, abrazando la cruz, resistirán a las adversidades, renovarán el vigor y perseverarán en el bien comenzado hasta el final.
- Felices los celosos, porque, abrasados por la caridad, se entregarán con ardor y creatividad por el bien y la salvación del prójimo.
- Felices los que llevan vida fraterna en comunidad, porque, en la comunión y el diálogo, se apoyarán mutuamente en la fidelidad y darán testimonio de la caridad.
- Felices, en fin, los que dedican el tiempo breve de sus vidas a amar y a servir en el seguimiento de Jesús, porque vivirán eternamente con aquel que les eligió y envió.
Vinicius Teixeira, CM
Excelente propuesta de Bienaventurnzas Vicencianas, todo un programa de vida y compromiso actualizado. Los pobres gimen, la tierra clama, las migraciones imparables, los pueblos originarios en resistencia. Este es el estilo de vida para caminar con ellos y ellas.