“La ley fue dada por Dios a Moisés”
Ex 20, 1-7; Sal 18; Mt 13, 18-23.
Dios da a conocer su ley a aquellos que como pueblo necesitan encontrar caminos de compromiso frente a Él. No olvidemos que hablar de la ley de Dios se convierte en una oportunidad de facilitar nuestra respuesta frente a la divinidad, y hoy encontramos esta primera formulación de lo que después será llamado como los diez mandamientos.
Es necesario que esta ley sea inscrita en el corazón de cada uno de nosotros para que su vivencia sea con mayor disposición. No cometamos nunca el error de utilizar esta ley como si fuera un examen de vida, pues la intención primera y mejor entendida será verla como un proyecto de respuesta a Dios, que busca una respuesta a su amor, y por lo tanto hacia quienes están a nuestro alrededor.
El mensaje que nos da el evangelio de Mateo, en este método de enseñanza a través de las parábolas, Jesús nos ayuda a comprender cómo debe ser nuestra disposición ante la Palabra de Dios, y estar así atentos a todo aquello que pueda dificultar nuestra comprensión. Esta palabra encontrará diversas realidades, una palabra muy necesaria pero que exige en primer lugar que no disminuya el esmero para ser compartida y la paciencia para entender lo que exige como buena noticia de Dios.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. Alonso Nuñez Escobedo C.M., formador en el Seminario de Cd. Granja, Jal.
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