“¿Cómo dicen que el Mesías es Hijo de David?”
Tb 11, 5-17; Sal 145; Mc 12, 35-37.
La gente, que era mucha, disfrutaba escuchándolo. Una de las cosas que gustan mucho del evangelio de Jesús es escuchar su predicación, su enseñanza, siempre tan atinada y cercana a la vida. Jesús tiene muy buena pedagogía, nos brinda excelentes lecciones para la vida desde un lenguaje sencillo y cercano a nuestra propia realidad. Considero que su palabra tiene impacto y fuerza en la vida de la gente también debido a su gran autoridad moral para hablar y actuar. Su palabra es acompañada por sus obras; lo decía la gente de su tiempo: “Habla como quien tiene autoridad”. La palabra es así, engancha más a la persona cuando se acompaña del testimonio.
San Vicente de Paúl recomendaba a sus misioneros en su labor pastoral y les decía: “Ten cuidado contigo, no vayas a deshacer con tu conducta lo que edificaste con tu predicación”.
Día a día tenemos que gustar desde la oración diaria, la Palabra del Señor. Busquemos diariamente alimentarnos de ella, saborearla y sobre todo hacerla vida. Que el Espíritu nos ayude a vivir nuestra fe en Jesús. Amén.
¡Buen fin de semana les dé el Señor!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: P. César Cruz Gálvez C.M., formador en el Seminario Vicentino de Lagos de Moreno, Jal., México.
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