“Señor, ya ves que nosotros lo hemos dejado todo”
Sir 35, 1-15; Sal 49; Mc 10, 28-31.
Dentro de las cosas nuevas que trajo Jesús está la tarea de las personas que son llamadas a continuar el anuncio del Reino de Dios. Los primeros que formaron parte del grupo de los Doce, desempeñaban distintos oficios, pero cuando encontraron a Jesús y fueron llamados por él a predicar el Evangelio, abandonaron todo, hasta sus hogares, para dedicarse de tiempo completo a esta tarea. En el evangelio de hoy san Pedro nos comparte su experiencia: Si bien había renunciado a todo para seguir a Jesús, esperaba algo a cambio que le garantizara que había valido la pena dejarlo todo; vacilaba ante los riesgos y pérdida de seguridades.
Dios no se deja ganar en generosidad, Jesús asegura que su recompensa en esta vida será el ciento por uno junto con persecuciones, y en el otro mundo, la vida eterna.
Todos estamos dispuestos a aceptar las recompensas positivas que trae consigo el seguimiento de Jesús, pero olvidamos fácilmente su advertencia sobre las persecuciones y sufrimientos, sobre todo cuando ya las tenemos encima.
Y tú ¿a qué estás dispuesto a renunciar, material y afectivamente, para seguir a Jesús?
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Luz María Ramírez González, Sociedad de San Vicente de Paúl, León, Gto., México.
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