Queridos hermanos y hermanas, con gozo y alegría, quiero hacerles participe de esta Novena a Santa Luisa de Marillac; esta sorprendente y polifacética figura femenina, que acompaña en los albores del carisma a San Vicente de Paúl, muchas veces a pasado desapercibida o inclusivo infravalorada, pero su legado de caridad sigue resonando con fuerza en una Iglesia que es madre, gracias a tantas mujeres que han colaborado en la construcción del Reino.
Esta novena sigue la misma metodología de los años anteriores, se irá descubriendo día a día a través de los escritos y pensamientos de Santa Luisa, su profunda espiritualidad; y con su biografía, descubriremos todos esos rasgos que acompañaron una vida entregada a Dios, aquella que supo ser esposa, madre, mujer consagrada y sobre todo cristiana.
Autor: Andrés Felipe Rojas Saavedra.
Oración para todos los días:
Oh Dios, que suscitaste en el corazón de Santa Luisa de Marillac el celo por la salvación de las almas y alentaste en ella el amor hacia tu hijo Jesucristo en la persona de los más pobres, enséñanos de ella, la virtud de la humildad, la sencillez y la caridad que la caracterizaron en su obra apostólica. Danos Señor te lo pedimos un corazón como el suyo capaz de ser fieles a la vocación y con el deseo ferviente de ser constructores de familias santas entregadas al apostolado de la Iglesia, para que se pueda construir en medio de los que sufren el Reino de los cielos con justicia y caridad. Amén.
Oración a Santa Luisa de Marillac:
Santa Luisa de Marillac, esposa fiel, madre modelo, formadora, misionera y maestra. Ayúdanos a alcanzar del Señor, las mismas virtudes que alentaron tu vida para entregar por completo la nuestra al servicio de Jesucristo en la personas de los más pobres, de los enfermos y de los desamparados. En tu protección confiamos la misión de toda la familia vicentina, los trabajadores sociales y la de todos los hombres y mujeres de buena voluntad que trabajan por la construcción del Reino de Dios, para que fieles al llamado de nuestro Señor Jesucristo sean agentes de la paz y la reconciliación. Amén.
Día 1: Amor a Dios y conversión interna
De los escritos de Santa Luisa:
“Nuestra conversación interior con Dios debe ser, a lo que me parece, el recuerdo habitual de su santa presencia, adorándole al dar las horas haciendo actos de amor hacia su bondad, trayendo a la memoria lo más que podamos los motivos que más nos han impresionado en la oración y principalmente los afectos y resoluciones que durante ella hemos formado para corregirnos y adelantar en este santo amor.
En todas las ocasiones penosas para los sentidos, tenemos que mirar la paternal bondad de Dios que como buen Padre permite nos afecte su justicia divina, unas veces para corregirnos, otras para manifestarnos su gran amor haciéndonos participar en sufrimientos para aplicarnos el mérito de los de su Hijo y que por nuestra parte se lo agradezcamos.
Cuando se nos presentan las cosas que nos son gratas y los asuntos ocurren según nuestros deseos, antes de dejarnos ir a la alegría que se nos ofrece, miremos a Dios con mirada interior y seamos agradecidas a su misericordia que por su solo amor nos da este consuelo; aceptémoslo con esta mira y unamos a ello algún acto de amor.”
Fragmento de su biografía:
Luisa de Marillac (París, 12 de agosto de 1595 – París, 15 de marzo de 1660). El 29 de noviembre de 1633 funda con Vicente de Paúl la Compañía de las Hijas de la Caridad. Es beatificada el 9 de mayo de 1920 por el papa Benedicto XV y canonizada el 11 de marzo de 1934 por el papa Pío XI. En 1960 el papa Juan XXIII la proclama patrona de los asistentes sociales.
Luisa de Marillac vivió en París en los años de Enrique IV, Luis XIII y Luis XIV, reyes de Francia en el siglo XVII, mientras en España reinaban Felipe III y Felipe IV. Presenció, por lo mismo, la Guerra de los Treinta Años entre Francia y los protestantes, por un lado, y España, la Casa de Austria y los católicos, por otro, y era contemporánea de los grandes descubrimientos científicos y filosóficos; pudo conocer a Pascal, Descartes, etc. Es la época que pinta de una manera novelesca Víctor Hugo en «Los tres mosqueteros». Había nacido el 12 de agosto de 1591 y murió en 1660. Muchos años de vida para aquel siglo en que la edad media rondaba los 40 años.
Gozos Santa Luisa de Marillac:
Oh Santa Luisa modelo de mujer creyente
Misionera y maestra de la caridad
Enséñanos a ser de Cristo
verdaderos signos vivientes.
Tu vida y tu amor fue Cristo;
de los pobres y desdichados
rompiste la coraza, que impedía ver
con las luces de la fe su sufrimiento
Mística y maestra de la oración,
Al Maestro con amor tú pintaste
Y al pernoctar tu santa existencia
tu misma vida fue perenne donación.
Gran devota de la Madre del Cielo,
Su inmaculada concepción proclamaste,
Con gran fe y con amor, única Madre
De la compañía nombraste.
Formadora y maestra hoy tus hijas siguen tu ejemplo
Que en estos años de grandes cambios
tu ejemplo franco y caridad sincera
sigan haciendo del prójimo verdadero templo.
Oración a la Virgen (atribuida a Santa Luisa):
Santísima Virgen, creo y confieso vuestra Santa e Inmaculada Concepción, pura y sin mancha. ¡Purísima Virgen!, por tu pureza virginal, tu Inmaculada Concepción y tu gloriosa cualidad de Madre Dios, alcánzame de tu amado Hijo: la humildad, la caridad, una gran pureza de corazón, cuerpo y espíritu, la perseverancia en mi vocación, el don de oración, una santa vida y una buena muerte
Fuente: http://www.corazondepaul.com/
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