“Jesús le dice: ¡María! Ella se vuelve y le dice en hebreo: Rabbuní, que quiere decir: Maestro”
Hch 10, 34-43; Sal 117; Col 3, 1-4; Jn 20, 1-9.
Correr, entrar, ver y creer son acciones que iluminan mi oración de hoy. Tal vez esto me ayude también a mí a descubrirte vivo en mi vida.
Correr puede expresar esa sed que llevo en mi alma de salvación, de amor, de vida eterna. Correr es símbolo del deseo de Dios. ¿Sigo corriendo en mi vida, deseando encontrarte?
Entrar en mi vida es descubrir lo que quieres de mí y maravillarme por tus designios. Entrar es vivir en la búsqueda de tu voluntad y dejarme sorprender y guiar.
Ver en mi vida, es tener la capacidad de descubrir los instrumentos que vas poniendo en mi vida para que pueda llegar a Ti: una oración bien hecha, los sacramentos, un director espiritual, el sabio consejo de un amigo, etc.
Creer. Necesito creer que de verdad estás vivo. A ello se llega por el deseo de Ti que arde en mi interior. Creer es don tuyo. Creer no es sólo un acto de conocimiento, es acto de donación, es acto de entrega, es un acto de destapar el regalo que me fue dado en el bautismo.
¡Gracias por la salvación que has logrado para mí!
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Laica colaboradora de la Parroquia Medalla Milagrosa de Narvarte, ciudad de México
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