“Con nosotros está Dios, el Señor”
Ez 47, 1-9. 12; Sal 45; Jn 5, 1-16.
Jesús vio al hombre que había estado enfermo por muchos años, yaciendo junto a la piscina. Él supo de los deseos profundos del corazón del enfermo, por eso tomó la iniciativa y le preguntó: “¿Quieres sanarte?”
Ese enfermo crónico no esperaba nada nuevo. No había nadie para que lo ayudara a entrar primero que todos en el agua que sanaba. Pero Dios siempre nos sorprende, no hay límite para su habilidad creativa.
Los tres mandatos de Jesús cambiaron totalmente la vida del enfermo:
“Ponte de pie, toma tu camilla y camina”. O, en otras palabras, ser activo nuevamente. Pero solo cuando Jesús pronuncia esas palabras, éstas adquieren su verdadera fuerza. Si permitimos que Cristo nos diga esas mismas palabras, lograremos mucho.
“Depositen en Él todas sus preocupaciones, pues Él cuida de ustedes.” (1 Pedro 5:7)
¿Qué dirá el Señor en respuesta a nuestra oración?
Señor, que sepamos pedirte con el corazón para que tú tomes la iniciativa de concedernos lo que más necesitamos.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Adrián Acosta L., CM
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