Continuando la serie de artículos que estoy escribiendo sobre la obra literaria del beato Antonio-Federico Ozanam, en esta ocasión hablaré del libro «Una Peregrinación al País del Cid», escrito en 1853 y publicado póstumamente en 1869 por su esposa Amelia Soulacroix Ozanam.
Tengo en mis manos una edición argentina de este libro (Colección Austral), publicada en 1950, de 147 páginas, que es una verdadera reliquia. La publicación consta de seis capítulos y numerosas notas a pie de página. Su lectura es una verdadera delicia. En la obra, Ozanam relata, con todo lujo de detalles, el viaje que realizó en 1852 a tierras españolas. El texto comienza con el Salmo 92, y termina con un cántico a la Santísima Virgen María, titulado «Doncella clemente».
«El Cid» fue un notable caballero español que vivió entre 1043 y 1099, eternizado como héroe al servicio de los reyes cristianos. Se llamaba Rodrigo Díaz de Vivar y nació en Burgos. Sus restos descansan en la Catedral de la ciudad que le vio nacer. «El Cid» significa, en árabe, «El Señor». Es habitual que la gente diga «País del Cid» cuando quiere referirse a España. Así lo hizo también Ozanam. El título de su obra podría haber sido «Peregrinación a España», pero prefirió refinarlo, adoptando la expresión «Una Peregrinación al País del Cid».
En el libro, Ozanam muestra un profundo conocimiento de la rica literatura española de la Edad Media, mientras recorre varias ciudades. Toda la narración de la obra se inscribe en el género discursivo, es decir, con una fuerte apelación a la oratoria, y puede clasificarse como «relato de viaje». Cuando Ozanam escribió esta obra ya estaba muy enfermo, aquejado de tuberculosis. Sufría mucho, pero aun así mantuvo su rutina de padre, esposo, profesor y consocio vicentino. Realmente quería hacer el Camino de Santiago de Compostela, como manda la tradición, pero su enfermedad no le permitió ir más allá de Burgos.
La «peregrinación» es, sobre todo, un viaje personal que Ozanam hizo a España. Y, obviamente, nos invita a hacer, junto con él, esta peregrinación tan especial, llena de espiritualidad, devoción y hechos históricos. Durante la lectura de la obra, podemos encontrar registros de la travesía desde el sur de Francia, pasando por los Pirineos y llegando a territorio español. Visitó numerosas ciudades españolas entre septiembre y noviembre de 1852, entre ellas Burgos y San Sebastián.
La publicación es evidentemente una asociación del «peregrino medieval» (El Cid) con el «peregrino de 1852» (Ozanam), que tenían ambos la misma misión: recuperar los valores de la Europa cristiana en un entorno bastante inhóspito el que vivía Francia, que sufría una profunda crisis religiosa y moral, iniciada por la Revolución francesa y descristianizada por el movimiento anticlerical liderado por el socialismo.
La propia experiencia de Ozanam en este viaje de tres meses resulta muy atractiva en el texto, y atrae la atención del lector. Presenta hechos curiosos e incluso divertidos, como recoger conchas en la playa y sobre el transporte en mulas. Es muy hermoso ver cómo Ozanam amaba la naturaleza (llamada por él «obra de arte de Dios») y describía los aspectos naturales con tanta dulzura. Relata los puntos más pintorescos y arquitectónicos de las ciudades que visitó, presentando información desconocida incluso para los españoles. Al describir las aldeas y pueblos, Ozanam enriqueció el texto con datos literarios históricos, demostrando toda su cultura y conocimiento como profesor e investigador.
La obra es, sobre todo, una comparación que Ozanam hace entre Francia y España. Al elogiar a España, por «mantener la paz con la Santa Sede, por la independencia y por la conservación de las tradiciones, respetando las libertades», estaba, de hecho, afirmando que estas características ya no se percibían en Francia en aquella época, ante las malas relaciones con el Vaticano y el avance del marxismo.
Toda la obra literaria de Ozanam es formidable. Sería muy bueno si todos los libros escritos por él se tradujeran a las principales lenguas, para que los miembros de la SSVP y de la Familia Vicentina pudieran conocer mejor a este gran autor catolico. El próximo mes presentaremos la síntesis literaria de otro libro de Ozanam: «Los poetas franciscanos de Italia en el siglo XIII«. ¡Espéralo!
Renato Lima de Oliveira
16º Presidente General Internacional
Sociedad de San Vicente de Paúl
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