El 10 de diciembre de 2022, Isabel Cristina, la «flor vicentina», fue beatificada en el Santuario de Nuestra Señora de la Piedad, en Barbacena (Minas Gerais, Brasil). El evento fue presidido por el cardenal y arzobispo emérito de Aparecida, monseñor Raymundo Damasceno Assis, y reunió a cerca de 10 mil fieles, entre ellos muchos vicentinos. El Consejo Nacional de Brasil (CNB) de la Sociedad de San Vicente de Paúl (SSVP) estuvo representado por el presidente Márcio José da Silva, la vicepresidenta Elizabete Maria Castro y el presidente de la Comisión de Juventud, Geyson Tôrres de Lima, acompañados por representantes de la juventud de las siete regiones del país. Isabel Cristina era hija de un vicentino, lo que la acerca aún más a la SSVP.

En el evento, tras la lectura de la solicitud de beatificación, se proclamó una breve historia de Isabel Cristina, desde su infancia hasta su martirio. El papa Francisco escribió: «Por nuestra autoridad apostólica destacamos que la venerable sierva de Dios Isabel Cristina, fiel laica, mártir, gozosa testigo de la caridad evangelizadora de los enfermos que, por amor a Cristo, hasta la efusión de la sangre defendió su virginidad y dignidad, sea invocada en adelante con el nombre de beata Isabel Cristina y pueda celebrarse el 1 de septiembre, día en que nació al cielo.»

Tras la lectura se entonó el canto de gloria y alegría por la beatificación y se expuso el cuadro de la beata. Isabel Cristina sostiene en su mano derecha un ramos de lirios blancos, símbolos de su pureza y entrega a Dios. En la mano izquierda, apoyada en el pecho, Isabel lleva en el dedo índice el anillo del rosario con la cruz, signo de su fe en Cristo. El jardín del fondo de la imagen tiene quince rosas que manifiestan su vida virtuosa en la ciudad de Barbacena, y que representan las quince puñaladas que recibió durante su martirio.

El hermano de la nueva beata de la Iglesia Católica, Paulo Roberto Mrad Campos, asistió a la ceremonia con su esposa e hijas y llevó la reliquia al altar, acompañado por 20 jóvenes de las parroquias de Barbacena. La entrada de la reliquia se hizo al son del Himno de Isabel Cristina. Escucha el himno:

El cardenal Raymundo Damasceno incensó el relicario y el obispo arquidiocesano Airton expresó su gratitud por este momento tan importante para la Arquidiócesis de Mariana.

Para Geyson, coordinador de la Comisión de Juventud del Consejo Nacional de Brasil de la SSVP, la beatificación fue un momento singular en la vida de la Iglesia, muy en particular para la juventud vicentina de Brasil y del mundo: «Es un ejemplo que nos motiva a buscar cada vez más la santidad. Es una joven cercana a nosotros, que vivió hace pocos años, experimentó retos similares a los que vivimos hoy, tuvo sueños, anhelos vitales. Es una de nosotros, entre nosotros, que alcanza el honor de los altares. Esto nos hace ver que la santidad es posible para todos, no es algo utópico. El ejemplo de vida de Isabel Cristina nos inspira. Así queremos difundir esta devoción, darla a conocer, para que muchas otras personas puedan reflejarla. La alegría de estar aquí en la ciudad de Barbacena y acompañar esta beatificación es indescriptible. Podemos así proclamar que tenemos una beata joven, vicentina, brasileña y cercana a nosotros».

Vida de Isabel Cristina

Isabel Cristina Mrad Campos nació el 29 de julio de 1962 en Barbacena. Era hija de José Mendes Campos y Helena Mrad Campos, y tenía el gran anhelo de estudiar medicina. Para ello se trasladó a Juiz de Fora, Minas Gerais, en 1982, para hacer un curso preuniversitario.

Era una joven como muchas otras de su edad: estudiaba, salía con chicos, iba a fiestas. Pero también era diferente: llevaba una vida de oración y soñaba con ser pediatra para ayudar a los niños necesitados.

Era sensible, sobre todo con los más pobres, los ancianos y los niños, algo que sin duda aprendió de su familia, que eran vicentinos. En aquel momento, su padre era presidente del Consejo Central de Barbacena.

La joven fue brutalmente asesinada a los 20 años, en 1982, en la ciudad de Juiz de Fora, por un hombre que estaba colocando un armario en el piso en el que vivía con su hermano y que intentó violarla. Isabel se resistió y entonces la golpeó con una silla, la ató, la amordó y le arrancó la ropa. La joven acabó asesinada de 15 puñaladas por su agresor.

Su forma de morir y, sobre todo, su forma de vivir, en la caridad y en la fe, motivaron a un grupo de personas de Barbacena, en 2001, a solicitar el proceso de beatificación de la joven de Minas Gerais. En aquella ocasión, la joven recibió el título de «sierva de Dios». El proceso duró ocho años y fueron escuchadas casi 60 personas sobre la religiosidad de Isabel.

En octubre de 2020, el papa Francisco autorizó el decreto de martirio para Isabel y con ello no fue necesario el reconocimiento de un milagro para su beatificación.

Fuente: https://ssvpbrasil.org.br/