Un viaje de Adviento con Santa Isabel Ana Seton | Una serie de cinco partes
En este momento, las calles de Estados Unidos están llenas de luces. Coronas y guirnaldas cuelgan de las puertas de las tiendas y los hogares, y las canciones navideñas suenan en todas las radios. Para la cultura, la temporada navideña está en pleno apogeo.
Sin embargo, mientras el mundo celebra, la Iglesia espera. Y nos llama a esperar también a nosotros.
En el Evangelio de este domingo, la gente se acerca a Juan el Bautista, preguntándole si es el Mesías. Pero los fieles deben seguir esperando al que vendrá después de Juan. «Yo os bautizo con agua —responde—, pero viene uno más poderoso que yo. No soy digno de desatar las correas de sus sandalias. Él os bautizará con el Espíritu Santo y con fuego». (Lucas 3,10-18).
Sin embargo, ser paciente no es fácil. Esperar no es fácil. No es algo natural para la mayoría de nosotros. Como Adán y Eva en el Jardín, queremos lo que queremos ahora. Buscamos las cosas antes de tiempo. Y al alcanzarlas, tropezamos y caemos.
Por eso, Dios nos da tiempos de espera, oportunidades para practicar la paciencia y aprender a esperar bien. Lo hace para toda la Iglesia durante el Adviento. Y lo hace para cada uno de nosotros a lo largo de nuestra vida.
Santa Isabel Ana Seton soportó muchas temporadas de espera: esperando el matrimonio y el parto, esperando entrar en la Iglesia, esperando el permiso para formar su comunidad. Sin embargo, ninguna época de espera le enseñó tanto como el mes que pasó esperando con su marido moribundo en una fría y húmeda prisión italiana.
La prisión, o lazareto, no era para criminales. Era para enfermos. El gobierno italiano puso en cuarentena a Isabel, Guillermo y su hija mayor, Ana María, tras su llegada a Italia en noviembre de 1803. La familia se había embarcado con la esperanza de que el viaje a Italia pudiera restablecer la salud y los negocios de Guillermo. Pero ocurrió lo contrario.
Durante 25 días en el sombrío lazareto, Isabel se sentó al lado de Guillermo y esperó su libertad. No había forma de escapar, ni de convencer a nadie de que cambiara de opinión. No se podía hacer otra cosa que esperar.
Pero, mientras esperaba, cuidando y rezando por su marido y su hija, hizo lo que el Señor nos llama a hacer a cada uno de nosotros.
Primero, se dirigió a Él y se apoyó en Él. «Cuánta es la gracia del Señor, que fortalece mi pobre alma», escribió entonces en su diario.
También dio gracias por los dones que Dios le daba en esos momentos difíciles, escribiendo: «Cuando doy gracias a Dios por mi ‘creación y preservación’, es con un cálido sentimiento que nunca pude conocer hasta ahora».
Junto con su marido, se centró en el momento que era, no en el futuro que vendría. Su diario recuerda: «Muy a menudo dice que éste es el período de su vida que, viva o muera, considerará siempre como bendito: todo el tiempo que no ha perdido».
Sobre todo, durante esos días, se encontró con Jesús y sus ángeles, hablando con ellos, escuchándolos y buscándolos. «A veces me siento tan segura de que el Ángel de la Guarda está presente que miro por encima de mi libro y apenas puedo persuadirme de que no he sido tocada», escribió.
Que en los días de Adviento que aún quedan tengamos la misma atención a Dios en este momento presente, aprendiendo a esperar adecuadamente mientras se acerca la Navidad.
Preguntas para el diálogo
- ¿Con qué frecuencia me cuesta tener paciencia? ¿Cuándo me cuesta?
- ¿De qué manera mi incapacidad para esperar ha causado problemas en mi vida?
- ¿De qué manera puedo practicar la espera en este Adviento?
INTRODUCCIÓN | Un viaje de Adviento con Santa Isabel Ana Seton
PRIMERA SEMANA | La esperanza en la oscuridad
SEGUNDA SEMANA | Confiar en Dios y arrepentirse
SEMANA TRES | Esperando al Señor
SEMANA CUARTA | Dios está con nosotros
Emily Stimpson Chapman es una galardonada escritora católica residente en Pittsburgh, Pennsylvania. Sus libros incluyen The Catholic Table: Finding Joy Where Food & Faith Meet [La mesa católica: encontrar la alegría donde la comida y la fe se encuentran] (Emmaus Road, 2016); The American Catholic Almanac: The Patriots, Saints, Rogues, and Ordinary People Who Changed America [El almanaque católico americano: Los patriotas, los santos, los pícaros y las personas corrientes que cambiaron América] (Image, 2014), These Beautiful Bones: An Everyday Theology of the Body [Estos hermosos huesos: Una teología cotidiana del cuerpo] (Emmaus Road, 2013), and The Catholic Girl’s Survival Guide for the Single Years [Guía de supervivencia de la chica católica para los años de soltería] (Emmaus Road, 2012). Emily escribe regularmente sobre «todos los temas católicos», desde la política y la catequesis hasta la educación superior y los medios de comunicación, con un enfoque especial en las enseñanzas de la Iglesia sobre el matrimonio, la sexualidad y la feminidad. Puedes encontrar sus últimos contenidos en Instagram (@emilystimpsonchapman) y enlaces a sus blogs, boletines y otros contenidos en su página de Linktree.
Fuente: https://setonshrine.org/
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