“¿Eres Tú el que ha de venir?”
Is 35, 1-6. 10; Sal 145; Sant 5, 7-10; Mt 11, 2-11.
¡Qué alegría! ¡Tercer domingo de Adviento, domingo de “gaudete”, de gozo! ¡Ya se siente muy cerca el nacimiento del niño Dios!
Hoy el evangelio nos presenta a Juan el Bautista manifestando una duda a través de sus discípulos. Manda a algunos de ellos a preguntar a Jesús si es el Mesías. Recordemos que este mismo Juan tuvo el privilegio de contemplar la gloria del Padre en la teofanía cuando Jesús se hizo bautizar en el Jordán. ¿Por qué duda? Ante lo que Juan espera del Mesías y lo que escucha que Jesús hace, no tiene la certeza respecto a su persona. Así sucede en nuestras vidas, es muy fácil creer en Jesús en las buenas, pero cuando la tribulación toca nuestra puerta todo se vuelve oscuro, como la celda del Bautista.
Sin embargo, Jesús responde no con sus palabras, sino con lo que el profeta Isaías dice de Él (Is 35, 5-6). De nuevo la luz para el Bautista ante esta respuesta: entiende que es necesario que un profeta dé cómo ofrenda su vida por el Mesías.
Pidamos al niño Dios la Gracia del valor para ser dignos precursores de Jesús en nuestras familias, en nuestros ámbitos; ahí en donde no existe interés por el Evangelio. Aun cuando la única recompensa sea el Martirio.
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Alonso Palafox Tejeda
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