Paola Da Ros, presidenta de la Federación Nacional Italiana de la Sociedad de San Vicente de Paúl, junto con otros 53 firmantes, presidentes de las principales asociaciones y movimientos católicos italianos, firmaron un llamamiento que fue publicado por Avvenire el 29 de octubre de 2022.
Reproducimos el texto:
«El cristiano es un hombre de paz, no un hombre en paz. Hacer la paz es su vocación» (Primo Mazzolari).
Por los Presidentes y Líderes Nacionales de:
Acli, Azione Cattolica Italiana, Associazione Comunità Papa Giovanni XXIII, Movimento dei Focolari Italia, Pax Christi, Fraternità di Comunione e Liberazione, Comunità di Sant’Egidio, Sermig, Gruppo Abele, Libera, AGESCI (Associazione Guide e Scouts Cattolici Italiani), FUCI (Federazione Universitaria Cattolica Italiana), MEIC (Movimento Ecclesiale di Impegno Culturale), Argomenti 2000, Rondine-Cittadella della Pace, MCL (Movimento Cristiano Lavoratori), Federazione Nazionale Società di San Vincenzo De Paoli, Città dell’Uomo, Associazione Teologica Italiana, Coordinamento delle Teologhe Italiane, FOCSIV (Federazione Organismi Cristiani Servizio Internazionale Volontario), Centro Internazionale Hélder Câmara, CSI (Centro Sportivo Italiano), La Rosa Bianca, MASCI (Movimento Adulti Scout Cattolici Italiani), MIR (Movimento Internazionale della Riconciliazione), Fondazione Giorgio La Pira, Fondazione Ernesto Balducci, Centro Internazionale Studenti Giorgio La Pira, Fondazione Don Primo Mazzolari, Fondazione Don Lorenzo Milani, Comitato per una Civiltà dell’Amore, Rete Viandanti, Noi Siamo Chiesa, Beati i Costruttori di Pace, Associazione Francescani nel Mondo aps, Comunità Cristiane di Base, Confcooperative, C3dem, MEC (Movimento Ecclesiale Carmelitano), AIDU (Associazione Italiana Docenti Universitari Cattolici), Arca di Lanza Del Vasto, Fondazione Magis, UCIIM (Unione Cattolica Italiana Insegnanti Medi), IPRI-CCP (Istituto Italiano Ricerca per la Pace-Corpi Civili di Pace), AIMC (Associazione Italiana Maestri Cattolici), Ordine Secolare Francescano OFS, FESMI (Federazione Stampa Missionaria Italiana).
Decimos No a las armas nucleares y Sí a los gestos firmes de paz y diálogo
A pocos días de la gran manifestación por la paz del 5 de noviembre en Roma, y unidos al papa Francisco, ofrecemos esta reflexión al actual debate sobre el dramático problema de la guerra y la necesidad de iniciar caminos concretos de paz.
Desde el 24 de febrero de 2022, la Rusia de Putin, con su invasión de Ucrania, ha llevado la guerra al corazón de Europa. Una guerra que se cobra mayoritariamente víctimas civiles, mujeres, niños y ancianos, debido a los bombardeos de casas, escuelas, hospitales, centros culturales, iglesias y convoyes humanitarios. Esta guerra se suma a muchas otras en curso por todo el mundo, guerras en su mayoría olvidadas porque están lejos de nosotros.
Desde los albores de su historia en la tierra, el hombre ha luchado contra su propia especie: Caín mató a Abel. Después, toda una sucesión de guerras: guerras de conquista y de independencia, guerras revolucionarias y contrarrevolucionarias, guerras santas y guerras de religión, guerras defensivas y ofensivas, cruzadas… hasta llegar a las dos guerras mundiales. Con la creación de las Naciones Unidas, se pensó que la guerra era ya una opción superada, una metodología bárbara y, por tanto, obsoleta para la resolución de conflictos. Pero no. Aquí estamos de nuevo con el drama de la guerra cerca de nosotros.
El padre Primo Mazzolari, tras la dramática experiencia de dos guerras mundiales, había llegado a la conclusión, en su libro «No matarás» (1955), de que la guerra es siempre un fratricidio, un ultraje a Dios y al hombre, y que, en consecuencia, todas las guerras, incluso las revolucionarias, las defensivas, etc., deben ser rechazadas sin ambages. Esto es lo que también escribió el papa Benedicto XV a los gobernantes de los países beligerantes en el momento álgido de la Primera Guerra Mundial, describiéndola como «una locura, una matanza inútil». Y cómo no recordar a Pablo VI en la ONU, en 1965, y su grito a los poderosos del mundo: «Nunca más la guerra, nunca más la guerra, que las armas caigan de vuestras manos.No es posible amar con armas ofensivas en las manos». Un grito, éste, repetido por Juan Pablo II en su intento de evitar la guerra de Irak y la invasión de Kuwait, y por Benedicto XVI en Asís junto a los líderes religiosos del mundo.
Ahora, ante el dramático conflicto que se vive en Ucrania, es el papa Francisco quien nos recuerda constantemente que la guerra es «una locura, un horror, un sacrilegio, una lógica perversa»: «¿Cuánta sangre debe correr aún para que entendamos que la guerra nunca es una solución, sino solo destrucción? En nombre de Dios y en nombre del sentido de humanidad que habita en cada corazón, renuevo mi llamamiento para que se llegue inmediatamente a un alto el fuego. Que callen las armas y se busquen las condiciones para iniciar negociaciones capaces de conducir a soluciones no impuestas por la fuerza, sino consensuadas, justas y estables. Y serán tales si se fundan en el respeto del sacrosanto valor de la vida humana, así como de la soberanía e integridad territorial de cada país, como también de los derechos de las minorías y de sus legítimas preocupaciones» (Ángelus del domingo 2 de octubre de 2022).
Siendo parte del mundo católico italiano y de los movimientos ecuménicos y no violentos de base espiritual, queremos unir nuestra voz a la del papa Francisco para pedir un compromiso más decidido en la búsqueda de la paz. Confiar exclusivamente en la lógica de las armas representa el fracaso de la política. Nuestro país debe ser protagonista para defender la paz en la Unión Europea, las Naciones Unidas y la OTAN. El diálogo, el debate, la diplomacia son los caminos a seguir con determinación.
Se necesitan urgentemente opciones concretas y gestos fuertes de paz. Ante la conjetura del posible uso de armas atómicas y, por tanto, ante el terrible riesgo del estallido de un conflicto mundial, un gesto disruptivo de paz sería, sin duda, la opción de nuestro país de ratificar el «Tratado de la ONU para la Prohibición de las Armas Nucleares», armas de destrucción masiva y, por tanto, éticamente inaceptables. Ya lo hemos exigido en voz alta 44 presidentes nacionales de realidades del mundo católico y como movimientos ecuménicos y no violentos con base espiritual, con la firma, en la primavera de 2021, del documento «Italia ratifica el Tratado de la ONU sobre la Prohibición de las Armas Nucleares», y luego con un segundo documento en enero de 2022. Cientos de alcaldes de todo l espectro político lo han pedido. Los obispos italianos lo han pedido en un documento propio. Las asociaciones y movimientos de la sociedad civil lo han pedido.
Renovamos ahora esta petición al nuevo Gobierno y al nuevo Parlamento para que incluyan urgentemente en el orden del día la ratificación del «Tratado de la ONU para la Prohibición de las Armas Nucleares», indicando que nuestro país no quiere más armas nucleares en su territorio y que insta también a sus aliados a seguir este camino de paz. Por desgracia, incluso después de tantas guerras, todavía no hemos aprendido la lección y seguimos armándonos, haciendo negocio con la venta de armas y preparándonos para la guerra.
Tal vez sea conveniente, con determinación y valor, recorrer otros caminos. Quizás sería conveniente llenar de opciones y contenidos precisos lo que Giorgio La Pira llamó «la utopía de la paz». Antes de que sea demasiado tarde.i.
«La verdadera respuesta no es más armas, más sanciones, más alianzas político-militares, sino otro enfoque, una forma diferente de gobernar el mundo y de establecer relaciones internacionales» (Papa Francisco, 24 de marzo de 2022).
28 de octubre de 2022
- Emiliano Manfredonia Presidente nazionale delle Acli
- Giuseppe Notarstefano Presidente nazionale di Azione Cattolica Italiana
- Giovanni Paolo Ramonda Presidente dell’Associazione Comunità Papa Giovanni XXIII
- Gabriele Bardo e Cristiana Formosa Responsabili nazionali del Movimento dei Focolari Italia
- Mons. Giovanni Ricchiuti Presidente nazionale di Pax Christi
- Davide Prosperi Presidente della Fraternità di Comunione e Liberazione
- Adriano Roccucci Responsabile nazionale per l’Italia della Comunità di Sant’Egidio
- Don Luigi Ciotti Presidente del Gruppo Abele e di Libera
- Ernesto Preziosi Presidente di Argomenti 2000
- Ernesto Olivero Fondatore del Sermig (Servizio Missionario Giovani)
- Luigi d’Andrea Presidente nazionale del MEIC (Movimento Ecclesiale di Impegno Culturale)
- Allegra Tonnarini e Tommaso Perrucci Presidenti nazionali della FUCI (Federazione Universitaria Cattolica Italiana)
- Roberta Vincini e Francesco Scoppola Presidenti del Comitato Nazionale dell’AGESCI
- Franco Vaccari Presidente di Rondine, Cittadella della Pace
- Antonio Di Matteo Presidente nazionale MCL (Movimento Cristiano Lavoratori)
- Paola Da Ros Presidente Federazione Nazionale Italiana Società di San Vincenzo De Paoli ODV
- Luciano Caimi Presidente di Città dell’Uomo – associazione fondata da Giuseppe Lazzati
- Ivana Borsotto Presidente della Focsiv (Federazione Organismi Cristiani Servizio Internazionale Volontario)
- Rosalba Candela Presidente dell’UCIIM (Unione Cattolica Italiana Insegnanti Medi)
- Giuseppe Desideri Presidente dell’AIMC (Associazione Italiana Maestri Cattolici)
- Don Riccardo Battocchio Presidente nazionale dell’ATI (Associazione Teologica Italiana)
- Lucia Vantini Presidente del Coordinamento delle Teologhe Italiane
- Vittorio Bosio Presidente nazionale del CSI (Centro Sportivo Italiano)
- Massimiliano Costa Presidente nazionale del MASCI (Movimento Adulti Scout Cattolici Italiani)
- Patrizia Giunti Presidente della Fondazione Giorgio La Pira (Firenze)
- Marco Salvatori Centro Internazionale Studenti Giorgio La Pira (Firenze)
- Andrea Cecconi Presidente della Fondazione Ernesto Balducci (Fiesole)
- Paola Bignardi e Don Luigi Pisani Presidente e vicepresidente della Fondazione Don Primo Mazzolari (Bozzolo)
- Agostino Burberi Presidente della Fondazione Don Lorenzo Milani (Barbiana)
- Rosanna Tommasi Presidente del Centro Internazionale Hélder Câmara di Milano
- Fulvio De Giorgi e Celestina Antonacci Presidenti dell’associazione La Rosa Bianca
- Giuseppe Rotunno Presidente del Comitato per una Civiltà dell’Amore
- Maria Grazia Di Tullio Associazione Francescani nel Mondo aps
- Franco Ferrari Presidente dell’associazione Viandanti e della Rete Viandanti (costituita da 19 gruppi e 12 riviste di varie città)
- Vittorio Bellavite Coordinatore nazionale di Noi Siamo Chiesa
- Don Albino Bizzotto e Lisa Clark Presidente e vicepresidente dell’associazione Beati i Costruttori di Pace
- Carla Biavati IPRI-CCP (Istituto Italiano Ricerca per la Pace-Corpi Civili di Pace)
- Paolo Sales Per la Segreteria nazionale delle Comunità Cristiane di Base Italiane
- Maurizio Gardini Presidente nazionale di Confcooperative (Confederazione Cooperative Italiane)
- Fabio Caneri Coordinatore della rete C3dem (Costituzione, Concilio, Cittadinanza,) composta da 26 associazioni di varie parti d’Italia
- Gabriele Tomasoni Presidente nazionale del MEC (Movimento Ecclesiale Carmelitano)
- Alfonso Barbarisi Presidente AIDU – Associazione Italiana Docenti Universitari Cattolici
- Enzo Sanfilippo e Maria Albanese Responsabili italiani della comunità dell’Arca di Lanza Del Vasto
- Ambrogio Bongiovanni Presidente della Fondazione Magis
- Pierangelo Monti Presidente MIR (Movimento Internazionale della Riconciliazione)
- Antonio Fersini Ministro Regionale OFS Lazio
- Suor Paola Moggi Per la segreteria della FESMI (Federazione Stampa Missionaria Italiana)
Pulse aquí para leer el artículo original publicado en Avvenire (en italiano).
Fonte: https://www.sanvincenzoitalia.it/
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