Alborada de los Albores y Cantares
(A las Mujeres del Alba)
Alborada del primer día de la semana,
la Ruah divina danzando sobre la nada,
dominio va perdiendo la noche oscura,
despierta la vida cantando al rayar el alba.
Alborada de fiesta, aroma de azahares,
de prisa caminan las mujeres del alba,
especias en las manos, fuego en el alma,
no habrá roca ni milicia que las contenga.
Servidoras que hacen alborada con linternas de esperanza,
hacemos fiesta en la madrugada que nos levanta de la nada.
El huerto exhala el olor de la vendimia, sabor de cosecha,
ya no es la muerte la que impera, es el grito de la vida,
raya el alba con esencias de mirra, olivo y azucenas,
las mortajas y sepulcros no logran contener la vida.
Mujeres audaces, apóstoles de la Resurrección cristiana,
va la Madre del Señor, le sigue la de Magdala y muchas más…
las silenciadas, sin nombre, las ignoradas, historias sepultadas,
las que rompieron las barreras y despiertan la alborada.
Servidoras que hacen alborada con linternas de esperanza,
hacemos fiesta en la madrugada que nos levanta de la nada.
Servidoras del nuevo día, las oferentes y contemplativas,
cuidando la casa común, la creación, semilla de la vida,
tejiendo sueños, parresía, caminando al lado de los pobres,
demandando dignidad y respeto a los derechos humanos.
Peregrinas en medio del duelo y las sombras,
desafiando el abuso, la soledad y colonización,
las que no le temen a la cruz que se adhiere al corazón,
las que rompen paradigmas de cadenas antiguas.
Servidoras que hacen alborada con linternas de esperanza,
hacemos fiesta en la madrugada que nos levanta de la nada.
Señoras que se adelantan al alba, abuelas emprendedoras,
quebrantando el trigo y el maíz para cocer el pan y la tortilla,
prendiendo la hoguera allá en la choza de la sierra fría,
bajan con la cesta desbordante de los frutos hacia la plaza.
Mujeres consagradas, apóstoles de la madrugada,
al encuentro viene el Señor glorificado del alba,
mostrando las llagas, esparciendo la paz soberana,
con el envío a la misión de nuevas samaritanas.
Servidoras que hacen alborada con linternas de esperanza,
hacemos fiesta en la madrugada que nos levanta de la nada.
El sepulcro está vacío, dispersen los aromas de la gracia,
la Resurrección es el anuncio que se nos confía,
a encender las brasas y preparar la cálida comida,
hagamos en abrazo la fiesta de la nueva aurora.
Es el día, es la hora de comenzar a escribir,
es el lugar y la casa de la Palabra anunciar,
es la tierra, es la semilla para hacer producir,
está con nosotras el Señor, en un mismo andar.
Servidoras que hacen alborada con linternas de esperanza,
hacemos fiesta en la madrugada que nos levanta de la nada.
Sor Floridalia Noguera. Hija de la caridad.
Guatemala
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