Novena a san Vicente de Paúl 2022: Día 8

por | Sep 25, 2022 | Formación, Reflexiones | 0 Comentarios

Oración:

¡Oh Dios, Padre amoroso! Que por tu gran bondad nos has llamado a ser Evangelizadores de los pobres, siguiendo los caminos de tu Hijo amado Jesucristo, ayúdanos, con el ejemplo de San Vicente de Paúl, a ser diligentes y audaces ante las necesidades de nuestros hermanos, con un corazón sensible ante los sufrimientos. Concédenos, por tu Espíritu Santo, ser capaces de anunciar, practicar y testimoniar el Reino de Dios en todos los lugares del mundo, para que ninguna periferia se prive del anuncio gozoso de la Salvación.

Que al contemplar a tu Hijo hecho hombre, podamos pasar de la mesa de la Palabra y de la mesa de la Eucaristía a la mesa de los Pobres, para compartir con los demás el Pan de Vida. Danos la capacidad de ser hombres y mujeres que encarnemos una verdadera espiritualidad para responder a los desafíos de hoy, en medio de esta pandemia y sus consecuencias. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén

Oración a san José

(propuesta por el papa Francisco en el año de san José)

Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre.
Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.

Padre Nuestro…

Oración a la Virgen:

(De los escritos de san Vicente de Paúl)

Santísima Virgen María ayúdanos a estar dispuestos a practicar las máximas evangélicas, te pedimos que llenemos de ellas nuestro espíritu, llenemos nuestro corazón de su amor y vivamos en consecuencia. Por tu intercesión ya que, mejor que ningún otro, penetraste el sentido de esas enseñanzas y las practicaste. Para esperar que, al vernos aquí en camino de vivir según estas máximas, nos serán favorables en el tiempo y en la eternidad.

¡Oh, santísima Virgen, pide al Señor este favor, pídele una verdadera pureza para nosotros, para toda la familia vicentina! Esta es la súplica que te hacemos. Amén.

Dios te salve…. Gloria…

OCTAVO DÍA

Marsella – 1618

Signo: Un barco, imágenes de presos, esclavos, algunas cadenas, también imágenes de la guerra, varias imágenes que demuestren la pobreza.

Caminante, sale Vicente con todo su ímpetu, aún juvenil, tiene 36 años, ha pasado por mucho, pero su espíritu ferviente, ya lo aleja de las pretensiones humanas, ahora camina por todo Francia estableciendo las cofradías de la Caridad, conoce a Santa Luisa de Marillac su gran compañera de misión, y empieza a reunir otros amigos sacerdotes que le ayudarán en su misión, hoy vamos a ir hasta Marsella a 750 kilómetros de París, una ciudad portuaria, donde se encuentran los presos que son obligados a trabajar en grandes galeotes, muchos de ellos sometidos a condiciones infrahumanas. ¿Qué pasará allí?

Canción: Un amor ardiente a Jesucristo

Iluminación Bíblica: Toma tu Biblia viajero y busca el texto Gal 3, 26-29.

Reflexión:

Escuchemos a San Vicente: Por tanto, ¿quién no ve que la mortificación tiene que ser inseparable de un misionero, no sólo para trabajar con el pobre pueblo, sino también con los ejercitantes, los ordenandos, los galeotes y los esclavos? Porque, si no somos mortificados ¿cómo vamos a sufrir lo que hay que sufrir en todas estas tareas?

(XI B pág. 590)

Siguiendo los pasos de san Vicente, encontramos hoy un dinamismo misionero acompañado por una preocupación hacia todas las realidades de pobreza de su tiempo, y es viendo la realidad de los presos en las galeras, en su viaje a Marsella, donde hay una escena particularmente heroica, donde toma el lugar de uno de esos presos para palpar el sufrimiento en carne propia. Pero no se queda solo con eso, gracias a su gestión ayuda a que esos presos tengan un lugar más digno para vivir y que los sacerdotes de la Congregación los asistan espiritualmente junto con las Hijas de la Caridad.

Y es tanto el fervor que suscita san Vicente que más y más personas se van adhiriendo a ese apostolado en medio de los pobres, se abren cofradías a lo largo y ancho de Francia, Santa Luisa se encarga más adelante de visitarlas, atiende a las víctimas de la guerra en la región fronteriza de Lorena, se preocupa por los niños expósitos o abandonados que son tirados a las calles incluso en épocas de invierno, se conmueve del hambre de los ancianos, del sufrimiento de las madres, son muchas las realidades de miseria, pero él no se detiene.

Preguntas:

  • ¿Cuáles son las nuevas pobrezas que tenemos en nuestros tiempos?
  • ¿Mi apostolado es dinámico a ejemplo de San Vicente?
  • ¿He sido capaz de salir a misión y llevar el Evangelio a otros hermanos?

Gozos

“San Vicente de Paúl, enciende en nosotros el fuego de la caridad”

Fuego de la caridad, desde el campo a la ciudad,
como campesino o preceptor; de misionero a fundador.
La llama ardiente de tu celo, nos pone en la misión de quitar el velo
a los esclavos y a los afligidos, a quienes damos el Evangelio.

Tus hijos e hijas llevan con pasión tu heraldo,
en el firmamento luz ponderosa de tu amor nos guía
con la fuerza imperativa de amar sin miedo,
a quien sediento por la justicia corría.

En el horizonte nos invitas a fijar mirada,
amor efectivo reclaman los pobres;
que sea nuestra caridad inventiva y cimentada
para dar a Cristo en la tierra un mundo sin distinciones.

Padre de los pobres, predicador infatigable
del celo por las almas compártenos ejemplo;
para dar a los pobres testimonio fiable
que conduzcan al hombre a verdadero templo

¡El pueblo muere de hambre y se condena!
Urge llevar el pan con justicia,
que sólo por nuestro amor
los pobres nos perdonarán.

¡Oh Vicente de Paúl! Que no se halle en nosotros
un amor que sea subjetivo, ¡donativo debe ser!,
con el esfuerzo de nuestro brazos,
y en la frente el sudor, para dar a conocer al prójimo
el amor de nuestro Dios.

Misión y Caridad son las alas
que te llevaron al cielo,
a tu entrada, pobres y ricos te esperaban.
Gozosos tu hijos, mientras Cristo te coronaba
de laureles y santidad, padre y apóstol,
la Iglesia en ti se reflejaba.

Oración final al corazón de san Vicente de Paúl:

Oh Corazón de San Vicente que sacaste del Sagrado Corazón de Jesús, la caridad que tú derramaste sobre todas las miserias morales y físicas de su tiempo, alcánzanos de jamás dejar pasar a nuestro lado miseria alguna sin socorrerla.

Haz que nuestra caridad sea respetuosa, delicada, comprensiva, efectiva como fue la tuya. Pon en nuestros corazones una fe viva que nos haga descubrir a Cristo sufriente en nuestros hermanos desventurados.

Llénanos del celo ardiente, luminoso, generoso que jamás encuentre dificultad alguna en servirlos. Te lo pedimos, oh Corazón de Jesús por la intercesión de aquel, cuyo corazón no latía ni actuaba más que por impulso del tuyo. Amen

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