“Cuando des un banquete invita a los pobres“
Sir 3, 19-21. 30-31; Sal 67; Heb 12, 18-19. 22-24; Lc 14, 7-14.
El modelo de vida de todo cristiano es Jesucristo, en quien debe centrar toda su vida.
Cuando el tiempo para que Jesús pueda cumplir con su misión se va agotando, en el evangelio de hoy lo vemos participando en un arriesgado banquete, donde las miradas de los fariseos están fijas en él, vigilantes, buscando la ocasión de sorprenderlo en un incumplimiento de la Ley y poder acusarlo. Pero, para Jesús, aquella ocasión se convierte en la oportunidad de ir en busca de los pecadores y mostrarles el rostro de misericordia del Padre.
El que no tuvo en donde reclinar la cabeza, desde su nacimiento se puso en el último lugar y permaneció en el lugar de los pobres; pero fue exaltado con el nombre sobre todo nombre y puesto a la derecha del Padre. Por eso nos invita a ponernos ahí, en el lugar de los últimos, con el propósito de que, al seguir sus pasos, terminemos finalmente junto a Él, en la gloria para siempre.
Señor, que invitemos a los pobres al banquete de la vida, que todos nos sentemos a la mesa, como hermanos que somos todos..
Fuente: «Evangelio y Vida», comentarios a los evangelios. México.
Autor: Hilario Sarabia Granados, diácono permanente
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